domingo, 3 de agosto de 2008

Iglesia católica recomienda fidelidad y abstinencia contra la pandemia

Mariana Norandi
Los mejores métodos para enfrentar el VIH son la “fidelidad y la abstinencia”, afirmó la Iglesia católica al presentar un documento de orientación para enfrentar los desafíos del virus y sus consecuencias.
El texto, elaborado por nueve integrantes de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), está dirigido a la comunidad clerical y laica; se analiza la pandemia desde el catolicismo, con el fin de asumir compromisos y realizar acciones en pro de las personas que viven con VIH/sida.
Sin embargo, en el texto –con el cual se pretende abrir la discusión y la acción en el interior de la iglesia– destacan más las ausencias que las buenas intenciones.
En el apartado de grupos sociales vulnerables se mencionan a los migrantes, a las personas privadas de su libertad y a las poblaciones rurales e indígenas; sin embargo, el documento excluye, al menos a los tres sectores de la población más vulnerables ante el VIH: los hombres que tienen sexo con hombres; los usuarios de drogas por vía inyectable y los trabajadores sexuales.
Al preguntarle al obispo auxiliar de Monterrey, Gustavo Rodríguez Vera, presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social responsable de la publicación sobre estas omisiones, respondió: “Nuestra comisión tiene distintas dimensiones y algunas son, precisamente, la de los migrantes, la de presos y la pastoral indígena.
“Ellos, por la condición que viven, tienen una doble vulnerabilidad, pero nos interesan todos, sin juzgarlos”, agregó.
En cuanto a las estrategias de prevención, reiteran que las campañas institucionales no deben centrarse únicamente en el uso del condón, sino en el “ser humano integral”. Por ello, el prelado destacó “la fidelidad” (o respeto a la institución “natural” del matrimonio) y la abstinencia”.
“Como Iglesia, damos una respuesta más de fondo. Por eso siempre hemos recomendado que el mejor método para abordar esta pandemia es la fidelidad y la abstinencia. Hemos encontrado una experiencia en Uganda, donde las mismas autoridades civiles decidieron apoyar la abstinencia y la fidelidad, como medios aptos para atacar la pandemia, y el resultado ha sido muy positivo. Del año 92 para acá ha bajado el número de afectados por VIH de 18 a 6.7 por ciento.”