domingo, 3 de agosto de 2008

Mujeres, relegadas en la lucha contra el sida, advierte la directora de la OMS


Los avances en la lucha contra el VIH/sida han dejado fuera a las mujeres, a quienes no se toma en cuenta como individuos en la mayoría de casos, advirtió Margaret Chan, directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS); a su vez, Peter Piot, director ejecutivo del Programa Conjunto de Naciones Unidas para el VIH/ sida (Onusida), señaló que la violencia contra las mujeres es inaceptable y los hombres deben tener el valor de decirlo.
Ambos participaron ayer en la quinta Reunión de la Coalición de Primeras Damas y Mujeres Líderes de América Latina sobre Mujer y Sida, donde Chan mencionó que aun cuando ha aumentado la cobertura de medicamentos antirretrovirales para las mujeres, se da prioridad a éstas sólo cuando se trata de prevenir la transmisión al producto de la gestación. Necesitamos proteger a la madre y al niño, subrayó.
Exhortó a las mujeres a no tener miedo, sino expresar sus opiniones y necesidades, como una de las vías para empezar a combatir los estereotipos que las han limitado y en algunos países las mantienen en estatus de “segundo sexo, el más débil, el socio menor” entre los géneros.
A su vez, Piot resaltó que el sida obliga a todos los sectores a trabajar de maneras diferentes; incluso, la lucha contra la epidemia ofrece la oportunidad de avanzar hacia la equidad de género.
Sin embargo, añadió, aunque el tema de la violencia contra las mujeres es motivo de debates apasionados, son muy pocos los programas que asignan recursos para combatirla.
Llamó la atención sobre el hecho de que el temor de las féminas a sufrir violencia favorece la transmisión del VIH. No pueden exigir fidelidad ni negociar el uso del condón y tampoco se pueden negar a tener relaciones sexuales con un hombre, aun cuando sospechen que es seropositivo.
Resaltó que para detener la violencia es indispensable promover el respeto a la población femenina desde edades tempranas.
Faltan campañas preventivas
Por otra parte, Margarita Zavala, esposa del presidente Felipe Calderón, apremió a detener la “feminización” del sida, lo cual implica atacar los factores asociados a la vulnerabilidad de las mujeres, como la violencia doméstica, la discriminación, la migración y las adicciones, entre otros.
Prevenir el VIH, dijo durante la inauguración de la reunión mencionada, exige atender tareas pendientes, asumir el compromiso con el desarrollo de las sociedades y el mejoramiento de sus condiciones socioeconómicas.
Por su parte, Xiomara Castro, esposa del mandatario de Honduras, Manuel Zelaya, y presidenta de la coalición, resaltó que en la lucha para abatir la “feminización” del VIH/sida no se requieren sofisticados estudios, sino asomarse a la realidad que vive el género femenino en sus comunidades.
De entrada, lo que se requiere es garantizar el acceso de este sector a los servicios de salud, a la prevención del virus, y en el caso de quienes ya viven con él, garantizarles el acceso al tratamiento, afirmó.
Para Zavala, el creciente número de mujeres que viven con VIH/sida es consecuencia de la falta de información y campañas preventivas dirigidas a ellas de manera específica. Resaltó que enfrentar el problema también implica garantizar la igualdad de oportunidades, de acceso a la salud y educación, incluida la educación sexual, entre otros.
En el evento, que reunió a cuatro “primeras damas” y una treintena de mujeres líderes en la región, Zavala resaltó que el objetivo debe ser “empoderar” a las féminas para que puedan exigir un trato con respeto a su dignidad y que, en esa medida, tengan acceso a información para prevenir la transmisión de ese mal.
El sida es un desafío para las instituciones, en particular las de salud, que deben asegurar el acceso a la atención clínica y a los antirretrovirales, apuntó.
Reunidas la víspera del inicio de la decimoséptima Conferencia Internacional de Sida 2008, las “primeras damas” de México, Honduras, Colombia y Surinam y mujeres líderes de la región compartieron sus experiencias y coincidieron en la urgente necesidad de que los gobiernos incorporen la “feminización” de la epidemia entre los temas prioritarios de sus agendas.
En ese sentido, Maki Esther Ortiz Domínguez, subsecretaria de Prevención y Promoción de la Calidad de la Secretaría de Salud (Ssa), afirmó que la creciente afectación del sida entre las mujeres es un problema relacionado con el desarrollo social y humano. En México afecta, principalmente, a las amas de casa, expuso, y reconoció que para contrarrestar la epidemia no basta con que existan leyes que garanticen el respeto a los derechos humanos y contrarresten la discriminación hacia el género femenino.
También se requiere asegurar su cumplimiento, apuntó, y señaló la necesidad de que jueces y magistrados cuenten con la información suficiente y necesaria sobre lo que es el VIH, sus riesgos y daños reales en lo biológico y lo social, a fin de evitar que se cometan injusticias contra las infectadas por el sida.
A causa del desconocimiento de las autoridades judiciales, las afectadas también enfrentan el riesgo, por ejemplo, de ser despojadas de la patria potestad. Los jueces y magistrados, subrayó, deben entender que el VIH no limita las capacidades como madres.
Con relación a la educación, comentó que el trabajo del gobierno de México está centrado en incidir sobre papeles de género, promover el respeto, reducir la violencia y habilitar a las personas para que tomen decisiones libres y responsables sobre su sexualidad.
Convocó a las líderes de América a promover la reducción de los precios de los medicamentos antirretrovirales; que el esfuerzo de los gobiernos se complemente con el compromiso y solidaridad de la industria farmacéutica.
Comentó que para México, los precios de los fármacos son hasta cuatro veces más altos, y de 2005 a 2008, el incremento en la inversión fue de 46 por ciento.
Al término de la reunión se dio a conocer un pronunciamiento en el que se comprometieron a apoyar los esfuerzos para detener la “feminización” de la epidemia, fomentar una cultura de no violencia hacia las mujeres y erradicar la discriminación. Se acordó abogar para que se apliquen programas de educación de salud sexual y reproductiva, así como a buscar la reducción de los precios de los antirretrovirales.