jueves, 17 de octubre de 2013

Baja productividad agrícola y desperdicio de alimentos agravan la pobreza en el país: FAO

Baja productividad agrícola y desperdicio de alimentos agravan la pobreza en el país: FAO
En México, más de 50% de la población que padece carencia alimentaria en América Latina
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Protesta durante el foro Sistemas alimentarios sostenibles, en el que participaron los titulares de la Sagarpa, Enrique Martínez (al micrófono), y de Sedesol, Rosario RoblesFoto Notimex
Carolina Gómez y Angélica Enciso
 
Periódico La Jornada
Jueves 17 de octubre de 2013, p. 37
En el Día Mundial de la Alimentación salieron a relucir los problemas que enfrenta México. Por un lado, la baja productividad del sector agrícola, que en los últimos diez años no ha superado el 1.1 por ciento de crecimiento, cuando en la década de los 90 llegaba a 2.5 y 3 por ciento, señaló Nuria Urquía Fernández, representante de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en México.
Por otro está el tema de los comestibles que se desperdician, cuyo nivel llega a 30 millones de toneladas al año en toda la cadena alimentaria, desde el productor hasta el consumidor, con las cuales se podría dar de comer a los 27.4 millones de mexicanos en carencia alimentaria, sostuvo Ramón Chavira Campos, presidente de la Confederación Nacional de Agrupaciones de Comerciantes de Centros de Abasto.
En conferencia de prensa, dijo que de los 49 millones de latinoamericanos que carecen de comida, 27.4 millones son mexicanos, por lo que apremió al gobierno a atender el sector, en el que intervienen productores, transportistas, comerciantes y consumidores, pues ahí existen rezagos profundos.
También solicitó al Poder Legislativo mayor sensibilidad en la discusión de la reforma hacendaria para que considere el rezago del sistema alimentario nacional, así como el tamaño de la pobreza o, de lo contrario, podría convertirse en una fábrica de más carencias y hambre.
Chavira agregó que los altos índices de pobreza patrimonial y alimentaria, principalmente en las áreas rurales, son resultado de décadas de programas gubernamentales enfocados a la dádiva y utilizados clientelarmente.
Por separado, Urquía Fernández señaló que el crecimiento de la productividad en el país es muy bajo e inferior al 2.5 por ciento promedio de América Latina, e incluso al de Centroamérica
Entre las razones de dicha situación señaló “la falta de inversión en infraestructura y capacitación, además de la concentración muy fuerte en el acceso a recursos de un tipo de productores y de la misma generación de comestibles.
Entrevistada en el foro Sistemas alimentarios sostenibles, precisó que otro de los problemas en el país es el rendimiento por hectárea. Puso como ejemplo las 3.3 toneladas de maíz por hectárea de un campesino medio, lo que contrasta con las 9.5 de Estados Unidos.
Destacó también la voluntad del gobierno para abatir el problema, al establecer una Cruzada Nacional contra el Hambre. Es un paso muy valiente, pero es una política complicada por ser multisectorial; una mera coordinación no es suficiente.
Enrique Martínez y Martínez, titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), aseguró tanto la cruzada contra el hambre como las reformas impulsadas por el gobiernoestán alineadas para quitar las ataduras y la camisa de fuerza que tiene el país para producir y crecer económicamente.
Ricardo Aguilar Castillo, subsecretario de Alimentación y Competitividad de la Sagarpa, advirtió que de no cambiar la política agroalimentria, en 2030 importaremos 80 por ciento de los alimentos que consumimos.
En enlace vía satélite desde Roma, el director general de la FAO, José Graziano da Silva, celebró la nueva caída en las cifras del hambre en el mundo, pues en 2012 casi 870 millones de personas estaban subnutridas, y ese mismo año se redujo a 850 millones.
En tanto, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) señaló que ante el drama del hambre, las tendencias especulativas, el acaparamiento de las áreas cultivables y la deficiencia de las políticas e instituciones relacionadas con el campo y los sistemas alimentarios, deben prevalecer la responsabilidad, la participación y la solidaridad