Tras muchos años de estudio en la Facultad de Medicina, Verónica por fin consigue una plaza como médica titular de psiquiatría en un hospital público de Recife, Brasil.
La vida parece perfecta. Tiene éxito profesional; se convierte en la doctora más popular del nosocomio; vive feliz con su padre en un buen departamento de la ciudad del noroeste brasileño; sale de farra todas las noches con sus amigas y va a la playa a nadara cuando quiere.
A pesar de sus logros, Verónica suele platicar a solas consigo. Graba sus conversaciones y se da cuenta que, aunque juró no volver a hacerlo, su nueva vida no le permite separarse de esta práctica.
Una de las razones es que no cumple con algunos cánones sociales acordes a su edad como tener una pareja estable o estar comprometida a pesar de tener una vida sexualmente activa. Esto se acrecenta porque considera que uno de los pendientes de su padre es saber con quien compartirá su vida cuando él ya no esté.
El panorama parece desolador. Los casos a los que se enfrenta en su actividad profesional parecen sumirla en una depresión profunda que aumenta cada día. Sin embargo, confrontarse con el pasado y optar por un rumbo nuevo, al cual parecía tener miedo, le otorgan cierta seguridad que le garantizan una tranquilidad hacia con su familia.
El mayor cambio surge hacia su interior. Por fin asume que su conducta sexual desinhibida no es un problema, al contrario, le permite fluir como mujer totalmente sin cortapisas y en la búsqueda de ese bienestar, acallado, emana un erotismo que termina por hacerla sentir plena, mujer y Verónica.
Del realizador brasileño, Marcelo Gomes, quien en su primer trabajo proyectado en México -Viajo porque lo necesito, regreso porque te amo, aborda el sentimiento de soledad y aislamiento a través del viaje de un geólogo por el noroeste brasileño-, recurre de nueva cuenta a la introspección en Érase una vez yo, Verónica para tratar el tema de las necesidades de la mujer contemporánea y la autoexploración de su sexualidad y erotismo.
Premiada en el Festival de Cine Brasileño de Brasilia y galardonada con el Premio Horizontes en el Festival de Cine de San Sebastián en 2012, Érase una vez yo, Verónica forma parte de la programación de la 55 Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional, en la que se proyectará del 14 al 19 de este mes.
Tráiler disponible en:
http://www.notiese.org/videos.php?vd_id=179
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