viernes, 19 de octubre de 2007

La presea a Castillo Peraza, primera que se entrega sin consenso parlamentario



Senadores del FAP dejan el recinto, para externar su rechazo a Felipe Calderón
La presea a Castillo Peraza, primera que se entrega sin consenso parlamentario
Ciro Pérez Silva y Víctor Ballinas


El presidente Felipe Calderón y la señora Julieta López Morales, viuda de Carlos Castillo Peraza Foto: José Carlo González
Como nunca antes,la presea Belisario Domínguez, que desde hace 53 años otorga el Senado de la República, este jueves se entregó en homenaje post mortem al ex panista Carlos Castillo Peraza sin el consenso de los grupos parlamentarios: sólo contó con el voto en favor de 69 de 128 legisladores.
Por primera vez desde que se instituyó dicha medalla, en 1954, ayer se dio la votación más baja en favor del galardonado. Incluso en el PRD se dividió la opinión: unos senadores votaron en contra y otros se abstuvieron, igual sucedió en el PT. Los de Convergencia tampoco participaron.
Votaron en favor de que la medalla se otorgara a Castillo Peraza 40 senadores del PAN, 24 del PRI, cuatro del PVEM y uno del Panal. Doce legisladores del blanquiazul no asistieron por “encontrarse en trabajos de comisión”, se informó.
El presidente Felipe Calderón asistió a la sesión solemne del Senado en medio de un fuerte dispositivo de seguridad. Varias calles aledañas a la casona de Xicoténcatl fueron cerradas mientras decenas de manifestantes lanzaban consignas contra el mandatario.
Como no había sucedido antes, la calle de Tacuba no sólo fue cerrada con rejas, sino que con madera se tapó el acceso a la Plaza Tolsá, para que el Ejecutivo no no viera las protestas.
El Presidente entró al salón de plenos y observó el vacío que le hicieron los 26 senadores del PRD, los cinco del PT y algunos de Convergencia. Doce panistas no asistieron, por lo que casi un tercio del recinto estuvo desierto.
Calderón fue sentado junto a la viuda de Castillo Peraza, Julieta López Morales, a un lado del presidente del Senado, Santiago Creel Miranda; junto a este último, estaba el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Guillermo Ortiz Mayagoitia, y más allá el vicepresidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Cristian Castaño Contreras.
Entre los invitados especiales se hallaban el secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña; la esposa del presidente Calderón, Margarita Zavala; el gobernador de Chiapas, Juan Sabines; el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, Manuel Espino; el jefe de la Oficina de la Presidencia, Juan Camilo Mouriño, y el secretario particular del jefe del Ejecutivo, César Nava, entre otros.
De ellos el más buscado fue Ramírez Acuña. El priísta Manlio Fabio Beltrones se detuvo a conversar con él y compartieron fuertes carcajadas.
El orador por el Senado fue el panista Humberto Aguilar Coronado, cercano a Santiago Creel y aspirante a la dirigencia nacional de su partido. Algunos incluso consideraron que el hecho de que haya pronunciado el discurso se inscribe en la ruta de buscar la presidencia del PAN.
En su discurso refirió: “Carlos Castillo nos enseñó a enfrentar con entereza la muerte del ser querido, a no dejarnos vencer por la desesperación y a entender que la vida y la muerte tienen sentido. Fue un profundo creyente y su fe marcó la pauta con la que rigió su vida. Por eso fue un político honesto que nunca ocupó un cargo ni asumió una responsabilidad si desde ella no podía llevar a la praxis su doctrina debida”.
Y abundó: “Castillo Peraza, junto con muchos hombres y mujeres de todas las convicciones que habitan en México, con personajes de la talla de Heberto Castillo y de Reyes Heroles, imaginó la transición a la democracia y puso su corazón, su inteligencia y sus manos a la obra …( ) Hoy lo recordamos como uno de los grandes ideólogos de la transición mexicana, como un hombre sin cuyas ideas y vocación de hacer política podríamos haber escrito otra historia, una con fuego, con sangre, con lágrimas de dolor”.
En la tribuna también habló el hijo del galardonado, Julio Castillo López, quien dijo que “Belisario Domínguez fue un valiente legislador que por pensar diferente jugó con la muerte. Mi padre, plasmando ideas siempre en vida, logró combinar un poco las cosas (…) puedo decir que mi papá se dedicaba a hacer ideas, ideas que primero plasmó en palabras y después llevó a cabo en la política”.
El presidente Calderón entregó la medalla y el diploma a la viuda de Castillo Peraza y le dio un beso en la mejilla. Se guardó un minuto de silencio y para concluir se realizó una guardia de honor en el patio central del Senado.