lunes, 3 de diciembre de 2007

Tiempo de canallas

Tiempo de canallas
Es tiempo de canallas, en el que las pocas luces que se vislumbran son las que trae consigo Andrés Manuel López Obrador y lo que él significa. Lamentablemente, ellos (todos sabemos quiénes) se empecinan en que el país marche a su paso de cangrejos. Eso incluye a la gente de cine que escatima reconocimientos y solidaridad a Luis Mandoki y a su película Fraude: México 2006.
Ellos (y ahora nos referimos a exhibidores y distribuidores de cine) se han empecinado en hacer gala de todas las marrullerías y marranadas que cometen de tiempo atrás contra el cine mexicano: películas interrumpidas, cortes “por razones técnicas”, empleados de cadenas de cine que pretenden sabotear la cinta y que aun se pelean con el público, publicidad escamoteada, entreguismo a los intereses gringos (el pretexto será ahora Walt Disney), defraudación fiscal al contar boletos de la película de Mandoki a otras películas, repetición de rollos para cansar al público, y muchas más.
Y ante todo esto, el silencio de los cineastas, más el de aquellos que se colocan en la foto oportunamente para ganar notoriedad y peso en la comunidad cinematográfica que dicen representar; de ésos que dicen luchar por el cine mexicano, pero sólo cuando se trata de relegirse una y otra vez. La lucha contra la censura es razón fundamental de los cineastas. ¿Dónde está el apoyo al cine mexicano, si no se muestra solidaridad con Mandoki y su documental, ahora, que es cuando se necesita? ¿También ellos (siempre ellos) le temen a exhibidores y distribuidores, porque saben que son rencorosos y no quieren arriesgarse a represalias?
Una nueva arbitrariedad se está cometiendo contra la película Cementerio de papel, de Mario Hernández, que a más de un año de haber sido filmada y de haber concursado como mejor cinta en el Festival de Cine de Guadalajara, todavía no encuentra distribuidor. ¿Será porque sale en ella Rosario Ibarra hablando claramente de los presos políticos en las mazmorras del Campo Militar Número Uno? ¿Será porque el filme trata el tema de la guerra sucia de los años 70? (¿ha habido otras?) ¿Quizá porque en él se expresa, sin ambigüedades, que la Suprema Corte de Justicia está actualmente en manos de la derecha? (qué porquería de dictamen el de Marín)
Tiempo de canallas. Lillian Hellman tenía razón.
Guadalupe Ortega y Xavier Robles