miércoles, 26 de marzo de 2008

Día y noche le ven la cara a los mexicanos... hasta la misma "izquierda" que cosas ¿no?‏

Aprovechando que la mayoría de la gente esta de vacaciones y en estos días casi todo mundo trata de distraerse al menos un poco de los problemas del país, fue publicada para su entrada en vigor la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados, que abre la puerta definitivamente a los productos transgénicos a nuestro país.
Es ya una práctica recurrente por parte del gobierno y del congreso que cada vez que no quieren recibir críticas o protestas de parte de la ciudadanía por la emisión de alguna ley o reglamento de temas ríspidos o que contravienen los intereses de la población en general, escogen días cercanos a los puentes o periodos vacacionales para su emisión evitando así la posibilidad de movilizaciones. Tal fue el caso de esta ley que pone en riesgo la salud de los consumidores.
Todo lo contrario sucede cuando el pueblo y las organizaciones están esperando que se abra proceso penal o enjuicie a algún delincuente de cuello blanco, ya sea banquero, empresario o gobernante corrupto, por ejemplo el caso Mouriño, extranjero traficante de influencias que en sus ratos libres trabaja como secretario de Gobernación, en el que los diputados panistas se las ingeniaron para obstaculizar e impedir la integración de una comisión que lo investigara más ampliamente por haber utilizado sus cargos para asignar contratos de Pemex a sus familiares y prestanombres, para eso si se apresuran a salir de vacaciones.
La nueva ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados y su reglamento están enfocados a facilitar el camino a las empresas que deseen solicitar y hacer trámites como promoventes de alimentos transgénicos, pero sin establecer los mecanismos de indemnización y responsabilidad por parte de las empresas para monitorear y subsanar posibles efectos negativos que pudieran resultar de la liberación de sus OGM (Organismos Genéticamente Modificados), de una manera ágil, eficaz y transparente.
La organización ambientalista Greenpeace acusó que la ley presenta muchas omisiones y reprochó que se haya publicado en un día que se considera ya de Semana Santa.
La citada ley fue publicada y entró en vigor a pesar de que no se han realizado los experimentos necesarios para garantizar que sea segura en términos ambientales, de salud y de producción agrícola. Además su Reglamento no contempla prohibiciones para los casos en que se liberen OGM sin evaluación de riesgo, incluso en situaciones de confinamiento; 'agarra parejo' sin considerar incluso que el maíz y el frijol deberían tener un tratamiento especial por tratarse de los alimentos nacionales por excelencia.
Michels y el PRD Después del difícil proceso electoral del 2006, todos los partidos políticos se dieron a la tarea de renovar sus dirigencias. El resultado de cada proceso ha sido muy distinto.En el PRI, después del descalabro de Roberto Madrazo, quien mandó a su partido a un "honroso" tercer lugar, como diría un directivo del deporte mexicano, se impuso la renovación en la dirección del partido. Se enfrentaron Beatriz Paredes y Enrique Jackson. Sólo pudieron votar los consejeros políticos nacionales y estatales, no más de 20 mil personas. Ganó Beatriz Paredes, y Enrique Jackson seguramente espera volver al Congreso el próximo año.La renovación de la dirigencia nacional del PAN fue todavía más fácil. Con la ventaja de ser partido en el Gobierno, Felipe Calderón jugó el papel de gran elector y mandó a dirigir el partido a unos de sus allegados. Germán Martínez fue candidato de "unidad", como se decía en los tiempos del priismo cuando la unidad se imponía desde la cúpula.De poco sirvió el pataleo, leve por cierto, de algunos panistas que consideraron que el PAN copiaba modelos del PRI. Sin duda Calderón tiene claro que necesita manejar a su partido, ante la dificultad de un gobierno dividido con el Congreso.Los partidos Alternativa, Nueva Alianza y Convergencia también renovaron sus dirigencias. En el primero de ellos, Patricia Mercado anda de pleito, incluso con acusaciones penales, con sus antiguos correligionarios. En el Panal, la maestra Elba Esther Gordillo decide todo, por eso no hay divisiones. En Convergencia, Dante Delgado puso a uno de sus allegados a cubrir la plaza que él dejo.En el Partido del Trabajo, Alberto Anaya simula una dirigencia colegiada que le permite cómodamente manejar el partido. En ninguno de ellos se practica la democracia interna.Aquí aparece la llamada "Ley de Hierro de la Oligarquía", enunciada por el escritor alemán Robert Michels en "Los partidos políticos, estudio sociológico de las tendencias oligárquicas de las democracias modernas", publicado en 1911. En síntesis, Michels demostró (J. J. Linz, "Michels y su contribución a la sociología política". FCE, 1989) "que no se concibe a la democracia sin organización" y que "quien dice organización dice tendencia a la oligarquía". Las organizaciones, por más que se lo propongan, no pueden ser democráticas. El liderazgo, indispensable para la organización, es incompatible con la democracia.Las discusiones posteriores a propósito de esta incompatibilidad no han dejado de estar presentes en la ciencia política. Resulta incuestionable que hay liderazgos más democráticos y otros más autocráticos. Según Linz, el autor alemán se dejó arrastrar por la ley de hierro de la oligarquía y por sus simpatías por un liderazgo autoritario.La conclusión a la que llega Michels es que las organizaciones, y sobre todo los partidos políticos, no pueden ser democráticos en sus procesos internos, al menos sin arriesgarse a sufrir fracturas y divisiones en su estructura. La cuestión se plantea en términos de si es mejor tener una oligarquía que satisfaga de manera eficiente los intereses de sus miembros o, por el contrario, una democracia ineficiente.Los perredistas no advirtieron los riesgos de una elección abierta, sobre todo, por las condiciones de debilidad orgánica provocada por la derrota del 2006 y por la división entre la estructura partidista y la creada por López Obrador. No tienen forma de celebrar en orden una elección de ese tipo. Los riesgos eran evidentes, las tribus del partido entraron a una guerra sin cuartel.El resultado es la desastrosa elección del 16 de marzo. Los perredistas, y muchos de sus simpatizantes, son avezados en los clásicos del pensamiento político, por eso extraña que no hayan tomado en cuenta las enseñanzas de Michels antes de meterse en ese embrollo.Ante el pensamiento único que simplifica la difícil realidad que vivimos, es urgente contar con un partido de izquierda que plantee alternativas al proceso de concentración del ingreso y del conocimiento en muy pocas manos.Lástima, por apostar a la democracia interna en esa elección, sus detractores van a seguir diciendo que los del PRD son un peligro para México.Sergio Elías Gutiérrez / 25 Mar. 08 / El Norte / REFORMA
¿SOMOS TODOS PERREDISTAS?

ÍNDICE POLÍTICO
FRANCISCO RODRÍGUEZ
Y DE PRONTO, todo el país se convirtió en seguidor del perredismo. Durante días, ya casi toda una semana, el tema no ha sido otro. Sorprendentemente, hasta en los espacios de la televisión tradicionalmente adversos al partido del sol azteca el tema de las elecciones internas de la segunda fuerza electoral del país ocupó pre¢io$o$ minutos y, claro, los más ardorosos comentarios en defensa de la legalidad, la transparencia y demás atributos que visten cual ejemplarmente democráticos (jejeje) a las demás instituciones políticas del país.
Pareciera que, antes del domingo 16 –fecha en la que se celebraron los comicios internos de los amarillos--, en el país nunca antes se hubiera conocido de prácticas fraudulentas, compra de votos, "rasuradas" de padrón, manipulación de cifras, parcialidad de los órganos calificadores…
Y es que luego de leer, escuchar y observar en los medios todo lo que se ha declarado en torno a la elección perredista, se antoja que, antes de este tercer domingo de marzo, México ha estado a la par con Suiza, en cuanto a prácticas democráticas. Y que estos bandoleros del PRD, vinieron a partirle su maraca a la idílica democracia mexicana.
No se trata de disculpar a nadie, por supuesto. El ánimo es el de contextualizar la peculiar "cultura política" al seno de las organizaciones partidarias que, obligadamente, se reflejan en la práctica política "institucionalizada".
El PRD, ahora mismo, es retrato fidedigno de la vida política del país. Por tal no es casual que, otra vez en los medios, los defensores de Jesús Ortega sean exactamente los mismos valedores del proceso electoral federal del 2006. Y en la polarización rotunda, quienes abogan por la causa de Alejandro Encinas sean también los mismos que aún cuestionan el desarrollo y resultados de esos mismos comicios.
Suma de casi todas las corrientes políticas habidas y por haber, el perredismo acogió entre sus brazos lo mismo a priístas, peseteros, comunistas, y hasta a panistas, por señalar sólo a organismos que alguna vez contaron o aún cuentan con la patente de corzo para hacer "política".
Fieles todos a sus orígenes, los perredistas han proyectado en esta organización todos los vicios de los que dijeron huír y casi ninguna de las virtudes que durante algún tiempo les mantuvieron anclados a su denominación de origen.
Hoy la pugna, en realidad, es entre expriístas y expeseteros, herederos estos últimos de Rafael Aguilar Talamantes (RAT) quien convirtió, casi con éxito, las siglas del PST, primero, y del "partido del ferrocarril" (PFCRN), después, en la moneda de cambio con la que también lucró Carlos Salinas de Gortari. Ahí, en ese "negocio" mantenían cajas registradoras los Ortega, Navarrete –empezó con taxis en Guanajuato--, Zambrano –destacado beneficiario del beltonismo sonorense--, y muchos más a quienes el desaparecido Fernando Gutiérrez Barrios tenía agarrados de bien abajo.
¿Prácticas democráticas en el PRD? ¿En el PRI, donde no se sacuden aún la "cultura de la línea? ¿En el PAN, donde aprendieron rápido de la misma?
Para nada. Todos sin excepción están a la espera de la oportunidad que saque de su ánimo al perredista que todos llevan muy pero muy adentro.
-- REVOLUCIONES: El cambio empieza en ti