lunes, 9 de junio de 2008

Agraviados por Rogaciano Alba en la sierra de Petatlán vuelven a denunciar 32 crímenes y el de Digna Ochoa

Agraviados por Rogaciano Alba en la sierra de Petatlán vuelven a denunciar 32 crímenes y el de Digna Ochoa



Maribel Gutiérrez

Rancho Nuevo, sierra de Petatlán

Primera parte

Los atentados de principios de mayo contra el ex presidente municipal de Petatlán y ex presidente de la Unión Ganadera de Guerrero, Rogaciano Alba Álvarez, animaron a cuatro comunidades a reactivar las denuncias que han hecho contra éste por los crímenes que le atribuyen sólo en una ruta de la sierra: 32 campesinos asesinados, cuatro desaparecidos, casas quemadas, familias desplazadas, además de la que presentaron en el DF por el asesinato de la abogada Digna Ochoa.
Los campesinos de la sierra no tienen que ver con esos atentados que, dicen “se ve claramente que es cosa del narco”, pero esperan que con esto se haya debilitado el personaje más poderoso de esta región de la Costa Grande de Guerrero, que según las denuncias hizo negocios vinculados al narcotráfico y desarrolló su propio poder, protegido y aliado de fuerzas del Ejército y las policías federales, estatales y municipales.
Se atreven a insistir en las denuncias porque creen que Rogaciano Alba ya no se moverá con libertad, porque ahora tiene un enemigo poderoso que trató de matarlo, aunque salió ileso y en su lugar murieron otras 17 personas.
Además, tienen la esperanza de que los ataques a Rogaciano Alba sean una evidencia de que éste tiene problemas y nexos con el crimen organizado, y en consecuencia sus aliados en el gobierno le retiren algo del apoyo y protección que ha tenido, y que le han garantizado toda la impunidad con que se mueve.
Si resulta verdad que se debilita ese poder, podría tener éxito la petición que hacen al gobierno de que se investiguen los crímenes de los últimos nueve años.
De estas comunidades han salido denuncias, desde 1999, y sobresale la que presentaron campesinos de La Morena el 19 de septiembre de 2007 en la Procuraduría General de Justicia del DF según la cual un testigo reveló que Rogaciano Alba envió a los sicarios que mataron a la abogada y defensora de derechos humanos Digna Ochoa, en la ciudad de México el 19 de octubre de 2001.
Hasta ahora con las persistentes denuncias de los campesinos no pasaba nada, nadie hacía nada, comenzando por el gobierno.
“Todo eso lo ha hecho Rogaciano Alba, pero cuando ponemos alguna demanda, el gobierno no nos hace caso”, dice uno de los campesinos.
Ahora esperan que el gobierno se interese, que investigue, y que actúe, y en consecuencia que baje la amenaza con la que viven, principalmente en la ruta de la sierra de Las Humedades.
Los hechos que crearon estas expectativas son los dos ataques que se dirigieron contra Rogaciano Alba Álvarez a comienzos del mes pasado. Fueron 17 muertos, siete de ellos líderes ganaderos de diversos municipios, y un mes después nada se dice de las investigaciones. Como si no fueran relevantes 17 muertos, ningún especialista ha hecho algún análisis, a difrencia de lo que ocurre en estados del norte, donde se explican los hechos de violencia como parte de los procesos de ruptura y alianzas entre los cárteles de las drogas.
Lo más que ha dicho el gobernador Zeferino Torreblanca Galindo es que los atentados a Rogaciano Alba –que lo obligaron a dejar la presidencia de la Unión Ganadera Regional de Guerrero, que ocupó durante 15 años– tienen tintes del crimen organizado.
La madrugada del sábado 3 de mayo, sicarios a bordo de dos vehículos atacaron con ráfagas de AK-47 y AR-15 a un grupo de líderes de la Unión Ganadera Regional de Guerrero que presidía Rogaciano Alba, y que también en esta ocasión iba al frente. En el centro de Iguala, iban entrando al hotel María Isabel en el que se hospedaban en esos días de su asamblea estatal. Las balas mataron a siete líderes ganaderos de los municipios de Tecoanapa, Copala, Tecpan y Marquelia, pero ninguna tocó al presidente.
Casi 24 horas más tarde, en los primeros minutos del domingo 4 de mayo, un nuevo ataque contra Rogaciano Alba dejó 10 víctimas. Más de 60 sicarios vestidos con uniformes de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), a bordo de 10 camionetas de lujo, llegaron a la casa de Rogaciano Alba en el centro de Petatlán, donde no se encontraba él pero sí su familia. Los sicarios sometieron a diez hombres que estaban reunidos en la calle frente a la casa; ahí los ejecutaron. Los muertos son dos hijos de Rogaciano Alba –Alejandro y Roosvelt Alba de la Cruz–, un sobrino, siete empleados que algunos dicen que su trabajo era de pistoleros, y se llevaron secuestrada a la hija Ana Karen de 18 años. Los atacantes se alejaron tranquilamente en sus camionetas, con sus armas de alto poder, unos hacia Zihuatanejo y otros hacia Acapulco.

Escondidos en la sierra

Los campesinos y campesinas que se reunieron para dar a conocer sus denuncias ante esta nueva situación son de Rancho Nuevo, Las Humedades 2 y La Morena de la sierra de Petatlán, y de El Jilguero de Coyuca de Catalán.
Aquí viven relegados, confinados y escondidos, con miedo a un ataque en cualquier momento, todo el tiempo vigilando, alertas, para ciudarse de la llegada de pistoleros, o de policías o de soldados del Ejército, que ya han venido aquí por órdenes de Rogaciano Alba.
Esta ruta de la sierra de Petatlán, que sale de la cabecera municipal con un camino polvoriento y pedregoso por el que sólo transitan con cierta facilidad cuatrimotos que pasan todo tipo de terreno, es conflictiva como las otras, principalmente por las disputas por las tierras, los bosques y el control del territorio.
Son poblados muy pequeños, de cinco, diez o un poco más familias que viven en casas de madera, sin luz eléctrica ni algún otro servicio público. Las que se localizan en lo más alto de la sierra están en medio de los bosques de pinos de clima frío.
De esta ruta, conocida como Las Humedades porque atraviesa una zona de manantiales y arroyos, el acontecimiento más conocido afuera es la muerte de siete policías judiciales federales y madrinas, que llegaron a atacar a la comunidad de Rancho Nuevo el 5 de marzo de 1999, por órdenes de Rogaciano Alba, pero fueron repelidos por la gente que estaba ahí, la mayoría visitantes de otras comunidades porque habían ido a los nueve días del funeral de Otoniel García, un vecino que fue asesinado por órdenes del mismo Alba el 21 de febrero.
Si se confirma que el poder de Rogaciano Alba está debilitado, la vida de las comunidades de esta ruta de la sierra podría cambiar, esperan.
“Creemos que este puede ser un momento importante, porque Rogaciano Alba está débil, por lo que le pasó, que creemos que son asuntos del narco”, dice Felipe Torres Cruz, de la comunidad de La Morena.
Javier Torres Cruz, de 28 años, que junto con Isaías Torres Rosas puso una denuncia en la Procuraduría del DF sobre la participación de Rogaciano Alba en el asesinato de la abogada Digna Ochoa, expone: “Vemos que si el gobierno pone remedio en este asunto mucha gente puede regresar a su casa. Hay un número de familias grande que está fuera de su casa porque le tienen miedo a Rogaciano Alba.”

Una forma de matar

En la lista de denuncias contra Rogaciano Alba y el gobierno que lo apoya, además de 32 asesinatos hay testimonios de torturas, mutilaciones, gente quemada viva, y la quema de tres casas completas en Rancho Nuevo. Dicen que estos crímenes no se investigaron porque quien los ordenó siempre ha tenido la protección de las policías federales, estatales y municipales, y del Ejército, y controla a los agentes del Ministerio Público.
Creen que los ataques del 3 y 4 de mayo ponen a Rogaciano Alba a la defensiva, y los agraviados quieren aprovechar, que probablemente ya no es tan fuerte, y que ya no cuente con la protección del gobierno, principalmente de las policías y el Ejército.
Y si no es así, aquí seguirán igual, en peligro de morir, de perder a la familia, de llegar un día y encontrar la casa quemada con todo lo que hay adentro; o de ser arrestados y encarcelados lejos, y acosados por el Ejército, las policías y sicarios.
De seguir la situación como hasta ahora cada día estarán peor, porque la mayoría de los hombres ya no puede bajar a Petatlán ni salir a las carreteras ni trabajar sus tierras sin riesgo a morir en una emboscada.
Luis Torres Landín, vecino de Rancho Nuevo, el adulto de más edad de esta comunidad, de aproximadamente 60 años, dice que Rogaciano Alba “aquí ha agarrado a mucha gente, la ha torturado y la ha matado a su manera”.
Y esa manera de matar se ha visto aquí con frecuencia, desde la primera vez el 21 de febrero de 1999 con Otoniel García Torres, hasta recientemente con el asesinato del presidente del comisariado ejidal de La Botella, Jesús Rosas, el 9 de abril de 2007. Los dos fueron levantados, torturados durante horas, y luego sus cuerpos arrojados a la orilla de una carretera mutilados.
Cada campesino agraviado habla de las características de Rogaciano Alba.
Felipe Torres Cruz, de 26 años, de La Morena, dice: “Se escudaba en los ganaderos. Por ejemplo, uno de sus principales pistoleros, Modesto Acosta, asesinado en marzo del año pasado, se decía ganadero, pero apenas tenía unas cuantitas vacas, y en realidad se dedicaba a matar, por mandato de Rogaciano Alba”.
En el tiempo que estuvo de presidente de la Ganadera ningún socio de esta región tuvo algún beneficio, le dio apoyo a los que él quería, a sus pistoleros, que no tenían vacas, les dio credenciales de ganaderos. Duró mucho tiempo en la ganadera porque él amenazaba a la gente, al que se oponía lo mataba.
Luis Torres: “Si el gobierno hiciera justicia debe hacer que Rogaciano Alba pague los daños que ha hecho, asesinatos, torturas, las casas, el ganado y todo lo que se ha robado.
En el tiempo que fue presidente municipal de Petatlán a las comunidades no les hizo beneficios, sólo a los de El Camalote porque en ese tiempo el camino lo ocupaba para sacar la mariguana, que sembraba en terrenos de Eduardo Acosta en La Cayaca, de ahí bajaban camiones con mariguana de día y de noche”.
Dice que Rogaciano Alba se ha ensañado con las comunidades de esta ruta. Y aparte de todo “nos quiere incomunicar, dio órdenes a Daniel García Bautista El Mocho y a Marcelino Acosta, para que amenazaran a los fleteros para que no hicieran ningún viaje a esta ruta de Rancho Nuevo, que nadie que se dedica a comerciar en la sierra venga para acá, dijo que ni un viaje para los de La Morena y Rancho Nuevo”.
Otros presentes agregan que Rogaciano Alba sembraba mariguana, en esta región entre 1996 y 98, pero ahora ya no siembra, trafica con cocaína. Tiene dónde desembarcarla, en Zihuatanejo, y recibe 5 o 6 toneladas.
Anselmo Torres Quiroz, de La Morena, de 76 años: “Conozco a Rogaciano Alba desde que tenía 17 años, al poco tiempo se dedicó al narco en gran escala, en la Costa Grande y en la sierra. Se le hicieron complicaciones con los campesinos porque acaparaba cargas de mariguana y luego los mandaba matar para no pagarles”.
Se dedicaba al narco amparándose en la ganadera.Tiene tres ranchos: San Felipe, Potrerillo y La Calera, pero “casi no tiene ganado, tiene los ranchos para acaparar pero saca dinero de la cocaína”.
Anselmo Torres, que tenía siete hijos, pero a dos los mataron por órdenes de Rogaciano Alba, uno está preso en Monterrey, y cuatro están perseguidos, dice: “Suplico al gobierno que se haga justicia, a ver si agarrando a Rogaciano para la violencia, las torturas y los asesinatos de campesinos”.



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