jueves, 10 de julio de 2008

No hay para el Desarrollo Tecnologico del IMP si para las trasnacionales‏

Desarrollo tecnológico de la IP a cargo del erario
■ Doble discurso de “reformistas”Resultagrotesco escuchar los lamentos de los panegiristas de la “reforma”petrolera calderonista cuando se quejan de la falta de recursospúblicos para financiar la investigación y el desarrollo de tecnologíaen México. Más aún, cuando se conoce que en los últimos siete añosalrededor de 14 mil millones de pesos salieron de las arcas públicaspara subsidiar a las grandes empresas (nacionales y foráneas) de lainiciativa privada, vía fiscal, en esos renglones.Por ejemplo,la estadística oficial documenta que de 1999 a 2005 el gasto promedioen investigación y desarrollo tecnológico (IDT) por parte del InstitutoMexicano del Petróleo fue de 43 millones de dólares, un monto 13 porciento inferior al que el gobierno de Calderón otorgó tan sólo en 2007a General Motors (48.6 millones de dólares; si se suma 2006, el saldose aproxima a 100 millones de billetes verdes) para que estatrasnacional saque adelante sus propios proyectos de IDT, muchos de loscuales, por no decir todos, son celosamente guardados como “secretoindustrial”, sin beneficio alguno para el país.Algo similarsucede con otras trasnacionales automotrices establecidas en México,que en tan sólo dos años (2006 y 2007) recibieron multimillonariossubsidios fiscales para desarrollar sus propios proyectos de IDT,obviamente sin beneficio para el país: DaimlerChrysler (cerca de 340millones de pesos), Volkswagen de México (270 millones), Nissan (78millones) y Ford Motor Company (110 millones). Más de 75 millones dedólares que bien pudieron destinarse a fortalecer la investigación y eldesarrollo de tecnología de, por ejemplo, el Instituto Mexicano delPetróleo.Los 8 mil 500 millones de pesos (2006-2007) que ensubsidios fiscales otorgaron el gobierno foxista en su (felizmente)último año y el calderonista en su estreno en Los Pinos, representancasi el 38 por ciento del presupuesto 2008 de la Universidad NacionalAutónoma de México (40 por ciento de la investigación en el país), a laque los genios de Hacienda le solicitaron recortar su gasto para poderatender los compromisos políticos de Felipe Calderón en el marco delprograma Oportunidades. Significa, igualmente, más del 100 por cientodel presupuesto de muchas universidades públicas de la República, a lascuales se les otorgan a cuenta gotas los recursos.Pero en ladanza de los millones los organismos educativos y científicos del paísno son bien recibidos. Foxistas y calderonistas creen que es mejorsubsidiar los “inventos” y la producción de alimentos chatarra que, porejemplo, destinar esos dineros a la construcción y reconstrucción deaulas educativas a lo largo y ancho del país. No hay dinero paracomprar pupitres o poner techos en las escuelas rurales, pero sí, y enabundancia, para destinar más de 283 millones de pesos a la “IDT” deempresas como Bimbo, con todo y Barcel, Pepsico, obviamente conSabritas, y Bachoco, con todo y gallinas y huevos de los Bours.Eneste último caso, el de la familia del gobernador sonorense. Un casoconcreto: el gobierno federal autorizó un subsidio fiscal por 16millones de pesos para que Bachoco aproveche “integralmente (…) laelaboración de alimentos que consideren factores nutricionales” parasus propios pollos, un proyecto que aumentaría en 400 millones de pesossus utilidades, con la garantía de generar cero empleos, según supropia información. ¿Alguien cree que una empresa como ésta, con más de2 mil millones de pesos en utilidades netas, requiere ser subsidiadacon 16 millones para que sus pollos coman mejor?En el inventariode grandes empresas beneficiadas con subsidios fiscales para lainvestigación y el desarrollo de su propia tecnología aparecen (faltabamás) muchas de las ya tradicionales en la interminable relación de“rescates” privados con dineros públicos (del Ficorca al Fobaproa, ycontando), entre los que destacan bancos, ingenios azucareros,aerolíneas, poderosos grupos del mero Monterrey, duopolios televisivos,monopolios telefónicos, firmas trasnacionales y algunas más, quesiempre han sido amigos de los amigos y enemigos de “apostarle a algodistinto (porque) implicaría retroceso”.En sí, el ejercicio deotorgar subsidios fiscales a las grandes empresas para que desarrollensu propia IDT (sin beneficio alguno para el país) resulta aberrante,pero se dan casos que de plano son incomprensibles. Por ejemplo,Banamex, propiedad de la trasnacional financiera Citigroup, aparecerelacionado como beneficiario de tal práctica: 15 millones de pesos en2006, algo inadmisible pues en ese mismo año obtuvo utilidades netasmayores a 21 mil millones de pesos. ¿Para qué necesita Banamex un“apoyo” de 15 millones de pesos, cuando sus beneficios limpios de polvoy paja resultaron mil 400 veces mayores? ¿Con base en qué la Secretaríade Hacienda lo considera para los efectos descritos?Algo similarsucede con Teléfonos de México. Con cerca de 78 mil millones de pesosen utilidades netas registradas tan sólo en 2006, Telmex fuebeneficiado con un subsidio fiscal cercano a 60 millones de pesos. Sinduda es vergonzoso que la Secretaría de Hacienda lo otorgara, pero esverdaderamente inmoral que Slim y sus muchachos lo aceptaran.Televisa se suma a los casos patéticos, por llamarlos de alguna manera. En 2006, la fábrica de sueños(con el perdón de mi amigo MC) reportó utilidades netas cercanas a 9mil millones de pesos, pero Hacienda consideró necesario otorgarle unsubsidio fiscal para IDT por 672 mil pesos, que el consorcio aceptó yejerció. Con este dinero Emilio Azcárraga Jean podría comprar algunaschácharas en un paseo por la Quinta Avenida de Nueva York, pero con esemonto ni siquiera financiaría una modesta locación de sus gustadastelenovelas. En cambio, el gobierno podría reconstruir algunas de lasmuchas aulas que famélicamente sobreviven en la raquítica geografíaeducativa del país.Las rebanadas del pastel¿Enqué cabezas gubernamentales cabe que las trasnacionales de todo tipo,los fabricantes de alimentos chatarra, los hueveros sonorenses,Banamex, Telmex, Televisa y tantos otros consorcios triple A necesitansubsidios fiscales para desarrollar su IDT? Sencillo: en las del“cambio” con “continuidad”. ¿Y en qué ética empresarial cabe aceptarlos?