miércoles, 28 de enero de 2009

LA FE RELIGIOSA NO DETERMINA UNA OPCIÓN POLÍTICA‏

LA FE RELIGIOSA NO DETERMINA UNA OPCIÓN POLÍTICA Caridad Diego BelloJefa de la Oftcina de Atenci6n a 1os Asuntos Religiosos del Comité Centraldel Partido Comunista "[...] nuestra Revolución no está en ningún sentidoreñida con el sentimiento religioso [...]".1 Fidel Castro ¿Qué se entiende por religión? Múltiples han sido los intentos pordefinir este concepto, sin que se haya llegado a consenso abso­luto.Sin embargo, con frecuen­cia aparecen elementos tales como laaceptación de la idea de que existen fuerzas sobrenaturales,trascendentes, supranaturales y que generalmente se acompañan con laexistencia también de cosas sagradas, con la realización dedeterminadas acciones prácticas que se derivan de estas creencias ycon la creación de grupos o colectivos humanos de carácter religioso. La religión es una de las for­mas de la conciencia social y sus causasson diversas; gnoseológicas, sociales y psicológicas. Es una de lasformas en que se re­flejan las condiciones materiales de existencia enel pensamiento e las personas y colectivamente en la sociedad; suscambios se producen más lentamente que los que tienen lugar en labase material. Si hablamos del fenómeno re­ligioso, podemos decir que este semanifiesta en la fe de la exis­tencia de lo sobrenatural, 1o que puedeconcebirse de las más va­riadas formas. El uso de ello no tiene ningúnsentido peyorativo, sino que hace referencia a la creencia en un Dios,en un ente, un espíritu, que se asume por el creyente como posibilidadde su existencia objetiva, independiente de todo objeto, proceso yfenómeno natural. Generalmente en este fenómeno están presentes los siguienteselementos: la conciencia y la ac­tividad religiosa, además de lasdiferentes formas organizati­vas, reconocidos todos ellos comoelementos del sistema. Al­gunos autores incluyen también lasrelaciones entre ellos que se establecen respecto a un colec­tivo de personas. Se valora como elemento cen­tral de la conciencia religiosa, que secaracteriza por la fe, por el crédito a lo sobrenatural y que seexpresa a través de diferentes grados o niveles de desarrollo. Estos tipos de actividades pueden expresarse de manera indivi­dual ocolectiva y a través de ellas los creyentes aspiran a relacionar­secon el objeto de su adoración (desde la oración o invocaciónper­sonal o en comunidad, captación, evangelización, lectura de textosreligiosos, formación en la doctri­nas, conservación de objetos ylo­cales de significación religiosa, hasta la realización deceremonias que conforman el culto religioso). De acuerdo al nivel de desarro­llo, se establecen las diferentesexpresiones. La función funda­mental que tienen sus institucio­nes yorganizaciones es la elabo­ración y la observancia del dogma(doctrina) religioso. Según estudios sociológicos y la experiencia de trabajo con estesector de la sociedad. Una parte significativa de nuestro pueblo poseealgún tipo de creencia en 1o sobrenatural, que como dijimos conanterioridad, muchos estudiosos señalan es su esencia fundamental. La gran mayoría en nuestro país la expresa de manera difu­sa,espontánea, poco elaborada y de práctica muy asistemática, con pocaincidencia en su conducta sociopolítica y una minoría la concibe ytodavía menos la practica de manera organizada y estructurada. Una particularidad del pano­rama de los creyentes en Cuba es que solouna pequeña parte per­tenece a las iglesias e institucio­nesconstituidas. Es menor aún el porcentaje de los que asisten a loscultos formales y se definen como miembros de determinadasinstituciones eclesiásticas. En este sentido podemos hablar más decreyentes que de religiosos. En Cuba existe un amplio y diverso universo religioso. El país secaracteriza porque ninguna religión tipifica a nuestra sociedad. Enella conviven cristianos (católicos, evangélicos y protestantes,ortodoxos), practicantes de las religiones cubanas de origen africano( santeros, abakuás, paleros, ararás, entre otras), hebreos ,musulmanes, budistas, espiritistas. Todas las creencias y religionesgozan de igual respeto y consideración y a ninguna se le reconocepreeminencia sobre las otras. Esta igualdad real fue alcan­zada solo después de la Revolu­ción, puesanteriormente varias creencias religiosas y sus prac­ticantes sufríandiversos grados de discriminación, que en el caso de las de origenafricano llegaba hasta lo penal. Las creencias más extendidas constituyen la llamada religiosi­dadpopular, resultado del mes­tizaje y la síntesis cultural formadora dela nacionalidad cu­bana. Muchas de las que se prac­tican por el pueblocubano se han mezclado .Mayoritariamente son espontáneas, ricas enemociones y practicas utilitarias y alejadas (relativamente) deinstituciones y organizaciones religiosas. Las creencias y prácticas reli­giosas pertenecen al ámbito de 1opersonal, de 1o privado, de los gus­tos y preferencias particulares delos ciudadanos y por tanto sepa­radas, así como de las diversasinstituciones y estructuras en las que se agrupan y organizan, den­trodel Estado, que es laico. Tam­bién 1o están de sus objetivos yfun­ciones, aún cuando por su incidencia en el plano social re­quierande vínculos y relaciones debidamente reguladas con el ám­bito estatal. A lo largo de todos estos años de aplicación consecuente de lapolítica hacia las creencias, los creyentes, las instituciones yorganizaciones religiosas han habi­do compañeros que haciendoreferencia a la conocida (y extrapolada ) frase de Carlos Marx ( 1818­ 1883 ) “ la religión es el opio del pueblo”, se han interesado enconocer la razones de nuestra relación constructiva, de diálogo,respeto e intercambio sistemático con las disímiles concepcionesreligiosas en el país. Esta conocida frase de Carlos Marx, en realidad fue escrita por élen 1843. Es la última parte de Contribución a la Crítica de laFilosofía del Derecho de Hegel, cuyos pliegos se perdie­ron casitodos, excepto los que se publicaron con et titulo: Crítica delDerecho Político Hegeliano2 en cuya introducción general escribió:”Elsufrimiento religioso, es por una parte, la expresión del sufrimientoreal y, por la otra, la protesta contra el sufrimiento real. Lareligión es el sufrimiento de la criatura oprimida, el corazón de unmundo sin corazón , así como es el espíritu de una situación carentede espíritu. Es el opio del pueblo. En este pensamiento Marx no solo al referirse a la religión ha­bla deopio, sino también de pro­testa contra el sufrimiento total de losexplotados. Esa frase, como expreso Fidel a Frei Betto * en laentrevista ofrecida en 1985 y conocida por todo nuestro pue­blomediante su publicación en el libro Fidel y la religión "tiene unvalor histórico y es absolutamente justa en un momento determi­nado",3"[...] es una verdad ajus­tada a determinadas condicioneshistórico-concretas." 4 Durante esa entrevista reali­zada por el fraile dominico bra­sileño alComandante en Jefe, sobre este polémico tema, el en­trevistado ledice: “En mi opinión la religión, desde el punto de vista político porsí misma no es un opio o un remedio milagroso. Puede ser un opio o unmaravilloso remedio en la medida en que se utilice o aplique paradefender a los opresores y explotadores, a los oprimidos y explotados,en dependencia de la forma en que se aborden los problemas políticos,sociales o materiales del ser humano que, independientemente deteología o creencias religiosas, nace y tiene que vivir en este mundo [...]".5 Y añadía: "Desde un punto de vista estrictamente político - y creo queconozco algo de política-, pienso incluso que se puede ser marxistasin dejar de ser cristiano y trabajar unido con el comunista marxistapara transformar el mundo. Lo importante es que en ambos casos setrate de sinceros revolucionarios dis­puestos a suprimir laexplotación del hombre por el hombre y a lu­char por la distribuciónjusta de la riqueza social, la igualdad, la fraternidad y la dignidadde to­dos los seres humanos, es decir, ser portadores de la concienciapolítica, económica y social más avanzada, aunque se parta, en elcaso de los cristianos, de una concepción religiosa". 6 Para los clásicos del marxis­mo-leninismo, desde Marx y Engels hastaLenin, la fe religio­sa por sí misma no constituía un impedimento paraintegrar el par­tido político revolucionario. Como el propio Fidel haexpresa­do, en el "Programa del Partido Bolchevique", no se encuentrauna sola palabra donde realmen­te se excluya a los cristianos del partido. Lenin en 1918 planteaba que: "Si un sacerdote viene a coope­rar connosotros en nuestro tra­bajo -si cumple a conciencia el trabajo delpartido y no se opone al trabajo de este-, podemos ad­mitirlo en lasfilas de la socialde­mocracia" y añadía "No solamen­te debemosadmitir, sino trabajar y atraer al Partido Socialdemócrata a todosaquellos obreros que aún conservan la fe en Dios. Somos absolutamentecontrarios a la mas leve afrenta a las con­vicciones religiosas deestos obreros […]". 7 Fidel comprende que independientemente de las diferencias que puedanexistir en materia es­piritual, la unidad no solo es ne­cesaria, sinoposible. Este enfo­que político de la cuestión religiosa es el quehizo factible que en el IV Congreso del Parti­do Comunista de Cuba,celebra­do en 1991, se aprobara una resolución que textualmente dice:"Suprimir de los actuales Esta­tutos cualquier interpretación queentrañe negar a un revolu­cionario de vanguardia, en razón de suscreencias religiosas, el derecho de aspirar a ser admito en el partido". 8 En el primer partido marxista cubano no solo no existió laprohibición, sino que en sus Estatu­tos en 1938 constaba el derecho delos creyentes a pertenecer a él, siempre que aceptaran el pro­grama ycumplieran con sus deberes como militantes. Incluso, las demásorganizaciones revo­lucionarias que combatieron la tiranía batistianay que se unie­ron para formar nuestro actual partido, tampoco excluíana los creyentes. En el IV Congreso del Partido Comunista de Cuba, el Primer Secretarioexplico que esta situación surgió en una fase del procesorevolucionario cubano, en el marco de una coyuntura es­pecifica. En la actualidad muchos cre­yentes han declarado su pertenencia a unaorganización reli­giosa o la tenencia de una fe religiosa en elproceso de creci­miento para militante del PCC o de la UJC o lo handeclarado después de pertenecer a estas orga­nizaciones. Al partido no se ingresa por ser creyente o no serlo. No somos unasecta confesional, sino revo­lucionarios de vanguardia y cuando unrevolucionario de vanguardia ingresa a la organización política, en sucondición de trabajador, campesino, estu­diante, combatiente,profesional de cualquier sector, adquiere de­rechos y deberes con lapolítica y la sociedad. Por eso ser creyente no es un militante desegunda categoría, no es distinto al que no profesa ninguna creencia religiosa. Es militante como el que mas y tiene la responsabilidad además de serigualmente ejemplo, no solo en el centro donde trabaja o estudia, enel barrio donde resi­de, sino también en la comunidad religiosa a laque asiste, debe mantener siempre y dondequiera que se encuentre, unaactitud contraria a cualquier violación de la legalidad, a la comisiónde acciones delictivas o políticamente opuestas a sus principios,incluyendo el intento de manipular con ese objetivo. La política del partido y de nuestro Estado en relación con lascreencias religiosas, las ins­tituciones y los creyentes, se de­rivande la historia de nuestra nación, en las que participaron durante lasgestas independentistas creyentes de disímiles religio­nes, delpensamiento dialéctico de Fidel, de la práctica de la Revolución, delos acuerdos de los congresos del Partido Comunis­ta de Cuba yparticularmente del IV Congreso, así como de los principiosconstitucionales que tienen sus raíces en la tradición independentistacubana, inclui­das todas las constituciones de la Republica en Armas,las que se elaboraron a partir de la de 1901 con el advenimiento de larepu­blica mediatizada y la Constitución aprobada en 1976 con el votomayoritario del electorado cubano y modificada en 1992 por la AsambleaNacional del Poder Popular. Esta última establece en varios de sus artículos la separaciónIglesia- Estado y por tanto el carácter laico de este; incluyendo laeducación que es pública y gratui­ta en todos los niveles; también laigualdad de todos los ciudadanos del país a profesar el culto de supreferencia, a tener varias simultáneamente (aspecto distintivo de lapráctica religiosa en el país), o a no tener ninguna (es de las po­casconstituciones que lo recoge en su articulado). La condición de Estadolaico es tradicional en Cuba. Particular importancia tiene el artículo 8, en el que se expre­sa queel Estado cubano recono­ce, respeta y garantiza la libertad religiosay que las distintas creencias y religiones gozan de igualconsideración. En tanto en el 55 se garantiza la libertad de cadaciudadano de cambiar de creencias religiosas o no tener ninguna, y aprofesar dentro del respeto a la ley, el culto religio­so de su preferencia.9 Cumplir estos y otros precep­tos constitucionales reflejados en losartículos 42 y 43 de nuestra Carta Magna, en los que se reco­noce laigualdad de derechos y sujeción a iguales deberes para todos losciudadanos cubanos sin distinción, ni discriminación tampoco porcreencias religio­sas, refleja la libertad religiosa en el país y lagarantía de que esos derechos se ejerzan en el cumplimiento de la ley.10 Los revolucionarios y patriotas no se dividen por su creenciareligiosa, sino que los ideales de libertad, solidaridad y promociónhumana de la Revolución y la acción política y social que de ellos sederiva, es 1o que une a todos los que los sustentan. Todavía hay muchas personas revolucionarias que mantienen el criteriode que no es políticamente confiable quien profese una creenciareligiosa; 1o que no es fiel a la verdad. Hoy los cre­yentes, comoparte del pueblo que son, participan activamente en las más disímilesactividades organizadas por los CDR, la FMC, el Poder Popular y otrasorganizaciones sociales. Las instituciones religiosas de­terminan sobre la participación de supersonal consagrado en los órganos de representación gu­bernamental.Actualmente cua­tro de ellos son diputados de la Asamblea Nacional delPoder Popular, mientras otros de dife­rentes religiones estánpresentes en los órganos de poder estatal en diversos niveles de dirección. El Estado no subvenciona nin­guna institución religiosa, niinterviene en su funcionamiento interno y todas desarrollan, con totalindependencia y autonomía en relación con éste sus actividadessociales, nombran sus jerarquías o directivas, forman a su personal,se mueven libre­mente dentro del territorio, sos­tienen relaciones consus homó­logas en el extranjero y con personalidades del medio en elex­terior, reciben delegaciones e invitados de ese carácter, organizaneventos o asisten a ellos fuera del país. Muchas de ellas tienenincluso miembros en estructuras religiosas internacionales. Las instituciones religiosas son propietarias de sus bienes muebles einmuebles, incluyendo sus templos. Los reparan, amplían yreconstruyen; reciben apoyo del Estado cubano para la compra de losmateriales de construcción. Poseen centros para la formación de su personal consagrado(seminarios, noviciados e insti­tutos bíblicos). Realizan sinlimitación la selección e incorporación de su personal a los estudios.Cientos de jóvenes 1os terminan en seminarios y universidadesreligiosas en diferentes países. Reciben literatura desde el exterior y publican en el país revistas yfolletos; una gran parte del los cuales esta inscrita en el re­gistrode publicaciones seriadas. Además desarrollan también actividades de carácter social, entre lasque se encuentran la gestión en hospitales y hogares de ancianos, para1o que cuenta con el apoyo estatal; reciben y distribuyen donaciones através de entidades sociales y guberna­mentales y desarrollanproyec­tos de colaboración. Se efectúan actividades de carácter religioso o cultural, algu­nas deellas fuera de sus locales de culto y con carácter ecuménico:peregrinaciones, procesiones, cultos unidos, tambores, conciertos,etc, son los más significativos; para 1o que se crean las condicionesy facilidades para su realización por parte de las autoridades de loslugares donde se organizan. Durante todos estos años la oficina de atención a los asuntosreligiosos y las instituciones es­tatales que corresponde, hanmantenido una sistemática, per­manente y positiva comunicación contodas las instituciones y ma­nifestaciones religiosas y asocia­cionesfraternales. Participamos en despachos, encuentros, asistimos a las diferentescelebraciones a las que somos invitados, intercambiamos con loslideres para lograr incrementar las favorables rela­ciones que existen. Desarrollamos con todas un vinculo que nos permite reflexio­nar sobreasuntos de interés de carácter nacional o internacio­nal, evaluar cómopueden inser­tarse crecientemente en nuestra realidad y resolver losproblemas cotidianos para realizar sus ac­tividades, que son losmismos que afectan al pueblo, resultado fundamentalmente del injustoblo­queo genocida impuesto desde Estados Unidos por casi 50 años y lasmedidas cada vez mas res­trictivas de esa hostil política del gobiernonorteamericano. Dar a conocer la realidad cu­bana a las organizaciones eins­tituciones religiosas no sola­mente del país, sino tambiénextranjeras, son tareas de estos tiempos. La política del partido en sus relaciones con los creyentes y susinstituciones no tiene como propósito la eliminación de las creenciasreligiosas, 1o que no es obje­tivamente factible como ha demostrado lahistoria repetidamente y es contrario a los princi­pios de igualdad ylibertad que sustenta nuestra Revolución. Esta política que se leva a cabo en la nación tiene como objetivoprimario ampliar y fortalecer la unidad de todo nuestro pueblo ylograr la participación de todos sin discriminación alguna. Sus aspectos fundamentales son el arma principal que ha qui­tadoespacio a los enemigos, ha ganado para las tareas de la construcciónde la sociedad que desarrollamos a muchas perso­nas honestas yvaliosas. Ha impedido que el enemigo manipule el sentimientoreligioso, así como a las diversas manifestaciones e instituciones enque se agrupan los creyentes y los miembros de las asociaciones fraternales. El imperialismo no renuncia a la manipulación de la fe contra laRevolución. No puede des co­nocerse la utilización de algunaspracticas, que poco tienen que ver con los propios conceptosre­ligiosos, dirigidas a captar adep­tos efímeros o interesados enobtener ventajas materiales o políticas de ocasión. Nuestra política tiene como objeto establecer y ampliar re­laciones demutuo respeto entre el Estado cubano y el medio reli­gioso, entrecreyentes o no, o ­pedir las acciones contrarrevo­lucionarias ydescaracterizar a los elementos que promueven no solo estas, sinotambién las de orden delictivo común y enfren­tar los intentos yacciones del enemigo dirigidos a implementar los propósitossubversivos del plan Bush contra nuestro país tanto en general comocontra los religiosos cubanos en particular. En este bochornoso programa en que el gobierno norteamerica­no intentadictar acciones para una transición política y guber­namental ennuestro país, las ins­tituciones religiosas tampoco es­capan de lainsidia de nuestros enemigos y tratan de imponer en su contenidotareas para ser cumplidas por estas organizaciones religiosas yfraternales en Cuba, como si fueran sus súbdi­tos, como si lasiglesias y demás instituciones de este carácter no se debieran a supueblo, a servirlo, a respetarlo. Se promueven relaciones cons­tructivas entre las diferentesde­nominaciones y manifestaciones religiosas y fraternales o deher­mandad. No se exacerban las diferencias, se construye sobre lascoincidencias. La Revolución no esta reñida con los sentimientosreligiosos, sino con la utilización y manipulación política en contrade los intereses de la sociedad. "Las practicas y creencias religiosas no están reñidas con laRevolución siempre que correspondan a la profesión honesta de cualquier fe religiosa, cuyos principios,no solo formalmente sostenidos, sino consecuentemente observados, enel comportamiento personal y social, promuevan el amor al prójimo, eldesinterés, la protección al más débil o desvalido, la unidad de lafamilia, la justicia social, las vir­tudes morales y ciudadanas, elamor y el sacrificio por la pa­tria. Los que no actúen así, niegan nosólo a su pueblo, sino a su fe “.11 --------- 1- Fidel Castro: Comparecencia en el programa Ante la Prensa del 17 dediciembre de 1959, Revolución y Religión, Dirección Políticadel MINFAR, La Habana, 1997, p. 18. 2- Carlos Marx: Critica del Derecho Político Hegeliano, Editorial deCien­cias Sociales, La Habana, 1976, p. 14. v El escritor brasileño Frei Betto es un fraile dominico, conocidointernacionalmente como teólogo de la liberación. Autor de 53 librosde diversos géneros literarios-novela, ensayo, policiaco, memoriasinfantiles y juveniles, y de lema religioso. En 1986 fue elegidoIntelectual del Año por la Unión Brasileña de Escritores. Es asesor demovimientos sociales, como las Comunidades Eclesiales de Base y elMovimiento de Trabajadores Rurales sin Tierra, ha participadoactivamente en la vida política de Brasil en los últimos 45 años. Enlos años 2003 y 2004 fue asesor especial del presidente Luis I. Lulada Silva y coordinador de Movilización Social del Programa Hambre Cero. 3-Frei Betto: Fidel y la religión, Oficina de Publicaciones delConsejo de Consejo de Estado, 1985, p. 332. 4-Ibídem, p. 333. 5-Ibídem. 6-Ibídem. 7-Vladimir I. Lenin: Lenin sobre la religión, Imprenta Nacional deCuba, La Habana, 1961, pp. 44 Y 45. . 8-CC del PCC: Este es el Congreso más democrático, Resolución sobrelos Estatutos del Partido Comunista de Cuba, Editora Política, LaHaba­na, 1991. 9- AN del PP: Constitución de la República de Cuba, Ediciones PontónCa­ribe S.A., La Habana, 1975, pp. 17, 34, 35 Y 40. 10- Ibídem. 11- CC del PCC: Documentos para el trabajo del partido, "El trabajodel partido en la actual coyuntura", Editora Política, La Habana, 1996, p.22.