viernes, 15 de mayo de 2009

MULADAR‏

Si usted piensa que hay mucho mal olor en la política y el gobierno, ¡es verdad! Los últimos acontecimientos parecen un muladar. No es agradable, pero no fui yo quien lo hizo, ni usted tampoco (salvo que sea uno de los causantes de que al A/H1N1 lo llamasen "porcino", como si fuese Vicente Fox). Y que no se malinterpreten mis palabras: para juzgar a Fox en lo moral pueden usarse, sin ofenderlos, imágenes relacionadas con los cerdos.

Muladar es un montón de estiércol y estiércol significa excremento. Excremento puede decirse de varias formas y una de las más distinguidas es "residuo metabólico del organismo". Y otra menos elegante pero más clara es "residuo de las materias sometidas a la digestión". En resumen: basura.

Hay basura de diversos tipos y toda ella produce dinero. Alguna muy poco, como el de los pepenadores, otra puede ser un buen negocio honrado, como las empresas que recogen basura y la reciclan, pero ninguna basura produce tanto dinero como la que constituyen los políticos que no tienen moral ni vergüenza, aquí del PAN y en España del PP (hermano ideológico del PAN, que en estos días se enfrenta a un proceso escandoloso por su corrupción absoluta) que son mierda (y que perdone la comparación el honrado excremento, que sólo es un producto involuntario de la naturaleza).

Un libro del que es autor un Carlos Ahumada cuenta cosas que hacen pensar en los temas que he mencionado hasta aquí como estercoleros, muladares, basureros y, en resumen: MIERDA. En otros tiempos yo no hubiese utilizado este lenguaje pero no puede uno quedarse atrás, con los nombres ilustres que se aparecen -como fantasmas de sí mismos- en el libro del señor Ahumada: como Vicente Fox, Carlos Salinas de Gortari, Santiago Creel, Rosario Robles, Diego Fernández de Cevallos, Eduardo Medina Mora, Elba Esther Gordillo, Enrique Peña Nieto, Raúl Salinas y otros más, todos ellos oscilando en torno al poder y a los millones. Conste que yo no llamo mierda, ni ladrones, ni bandidos, ni cerdos de la política, a ninguno de los que acabo de mencionar como Carlos Salinas de Gortari, Vicente Fox, Raúl Salinas, Santiago Creel, Diego Fernández de Cevallos, Rosario Robles, Elba Esther, Enrique Peña y los etcéteras del PAN, del PRI y hasta de un grupo del PRD. No, ¡San Cucufate me libre de esa tentación! Yo nada más recuerdo, por el libro, lo que más de medio México sabe que hicieron, lo que se conoce de ellos (y ellas) y percibo un tufillo fuerte a heces fecales. Es todo.

Algunos afectados ya se escudan en que el tal Ahumada es un empresario delincuente del tráfico de influencias, para usar el viejo truco -descrito en novelas del siglo XIX- mediante el cual los políticos y hombres "respetables" involucrados en delitos se desentienden de ello diciendo: "¿Cómo van a creerle a un delincuente?" Pero ser delincuente no impide decir la verdad sobre los cómplices.

Ese libro demuestra que sí había un compló contra Andrés Manuel López Obrador, como él decía, denuncia de la que los autores y sus secuaces hacían burla. Eso es cierto. Pero ya dijo Hamlet aquello de ser o no ser. Si el señor René Bejarano y el señor Carlos Imaz no hubiesen aceptado pagos millonarios de Carlos Ahumada no habrían existido los videos del escándalo. Pero si en vez de encubrirlos con "delito electoral" los hubiesen acusado de soborno y procedido en consecuencia otro gallo habría cantado. Y, además, ¿de quién era y dónde fue a parar ese dinero?

Don Felipe Calderón: ¿quiere usted quedar en la historia, no como uno más en la fila de retratos sino como alguien de quien México pueda enorgullecerse? Ordene investigar, ¡sin trucos!, las acusaciones de Ahumada sin dejar de implicarle también a él. ¡Haga procesar y encarcelar a Carlos Salinas y a Vicente Fox, reaprehender a Raúl Salinas y juzgar, condenar y encarcelar a toda la banda. Si usted hiciera eso -que no creo que lo haga- vería usted cómo se logra, sin necesidad de complacer al PRI, estar con honores en los libros de historia y tener hemiciclos monumentales en las avenidas. Perder amigos, ganar enemigos y arriesgar la vida por la integridad de la patria sólo lo hacen los grandes hombres.

En España hay políticos ladrones, pero si los descubren van al bote. Los de la bronca actual, correligionarios de los panistas, están en la cárcel y en los juzgados.

En México... ¡están en posiciones de poder!