jueves, 2 de diciembre de 2010

Brindan curso de ayuda emocional a sacerdotes

Con la finalidad de ayudar emocionalmente a los miembros del clero del Distrito Federal en aspectos como autoestima, personalidad, autoridad, sexualidad, soledad o el servicio, y para evitar el desarrollo de depresión o afectividad tergiversada, entre otros aspectos, la Arquidiócesis de México impartió un entrenamiento en salud mental a 10 clérigos, los que, posteriormente, tendrán la misión de impartir talleres en las ocho vicarías del arzobispado.

El martes pasado concluyó dicho entrenamiento que fue parte de la formación permanente e integral del clero capitalino que lleva a cabo la Comisión de Presbiterio, a cargo del padre Martín Jaramillo Muñoz. El curso fue impartido durante 15 meses por el siquiatra Héctor Cabildo, creador de la terapia naturalística y fundador de la división de salud mental de la Secretaría de Salud y de la Coordinación Nacional de Salud Mental del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado.

Los 10 sacerdotes cursaron un taller con el que exploraron su personalidad para superar limitantes emocionales, posteriormente fueron capacitados en forma teórica y práctica.

Cabildo explicó que todos los seres humanos reciben en su familia cosas muy positivas que les llenan sus necesidades emocionales, pero hay huecos, hay frustraciones, traumas y todo eso impide que la personalidad del individuo se desarrolle plenamente. Este es un procedimiento que he creado para que la gente conozca más sobre su personalidad y desarrolle su siquismo, se vuelva más segura, feliz y con mayor bienestar interno.

En el proceso, los sacerdotes reflexionaron sobre temas de la sique sacerdotal, y temas específicos como el manejo de la soledad, la renuncia al ejercicio de la sexualidad y el servicio.

La soledad sí es un problema. No se puede sentir sólo si sabe uno a quien acudir, con quien platicar libremente de temas que son difíciles de discutir con otros. El aspecto sexual, parte del voto que han hecho: ocurre que al verlo más serena y teóricamente, lo pueden sublimar mejor. Ven la sexualidad con naturalidad y sabiendo que ellos voluntariamente han renunciado al ejercicio de la sexualidad, pueden manejar internamente su sexualidad, sublimándola en el amor a Dios y a sus semejantes