jueves, 21 de abril de 2011

Una historia cultural del pene*

  • El orgullo masculino
  • Mario Alberto Reyes
    México DF, abril 15 de 2011.
    Al tiempo que pintaba la Mona Lisa, alrededor de 1503, Leonardo Da Vinci diseccionaba cadáveres con el afán de conocer el funcionamiento del cuerpo humano. Aunque no es un hecho muy conocido, el famoso artista que pintó La Última Cena fue un férreo estudioso del cuerpo humano y uno de los pioneros en investigar el órgano que más llamaba su atención: el pene.
    Antes y después de Da Vinci hubo varios hombres como Agustín de Hipona, Regnier de Graaf, Sigmund Freud o Norman Mailler, preocupados por disipar dudas sobre la relación que llevaban con sus penes. Una relación histórica en la que este órgano ha sido deificado, satanizado, secularizado, discriminado racialmente, psicoanalizado, politizado y medicalizado.
    Con un lenguaje claro, lúdico y ameno, el periodista David M. Friedman, hace en Una historia cultural del pene, un recorrido a través del tiempo en el que muestra como desde la mítica Grecia, el antiguo Egipto, pasando por la Edad Media, el Renacimiento, la Revolución Industrial y la época actual, los hombres no han cesado en su afán por dominar a su órgano definitorio.
    En esta importante y original aportación al estudio del pene, Friedman narra las numerosas ideas que del miembro viril han existido en diversas culturas y épocas, hasta encontrar respuesta a una de las preguntas que más había angustiado a los hombres: “¿Quién manda aquí, él o yo?”.
    Lejos han quedado las ideas de que el pene es un “cetro del demonio” o un “bastón sagrado”. Los avances científicos dieron lugar a la llamada “industria de la erección”, misma que a partir de la fabricación de medicamentos favorecedores de intensas, firmes y duraderas erecciones, ha permitido a los hombres dominar completamente a sus penes. Así, cuando un hombre utiliza estos productos, su pene trabaja para él. Por eso, ahora, confiadamente cada varón puede sostener su hombría en la mano porque sabe quién es el que manda. Lo que es un hecho, es que pocos saben que la historia del pene es la historia de su evolución como idea.
    *Publicado en el número 177 del Suplemento Letra S del periódico La Jornada el jueves 7 de abril de 2011