martes, 15 de noviembre de 2011

Los filtros del cuerpo*

Guillermo Montalvo Fuentes
México DF, noviembre 04 de 2011.
Los riñones realizan importantes funciones en el organismo y cuando fallan, las consecuencias pueden ser graves. Existen diversos mitos sobre los hábitos que pueden dañar o beneficiar a estos órganos, por lo que una serie de cuidados de salud básicos pueden ayudar a mantener lejos enfermedades como la insuficiencia renal crónica.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2009 se registraron en México 11 mil 764 defunciones por insuficiencia renal, enfermedad que ocupa la décima primera posición dentro de las causas de muerte más frecuentes en el país. Sin embargo, otros padecimientos también aparecen cuando los riñones dejan de funcionar, y podrían evitarse de seguir algunas recomendaciones para mantener estos órganos en buen estado.
De la sangre a la orina
Los dos riñones del cuerpo humano realizan múltiples funciones, todas importantes para la vida de una persona: filtran la sangre para retirar desechos y toxinas, regresándola limpia al corazón y sacando, a través de la orina, los desperdicios; eliminan el exceso de líquidos y de minerales, además de que tienen funciones endócrinas, pues producen hormonas, por ejemplo, la eritropoyetina, la cual estimula la producción de glóbulos rojos.
Las enfermedades renales aparecen, por lo general, cuando los riñones pierden su capacidad de filtración. Si bien dichos padecimientos están íntimamente ligados con los hábitos de consumo, no todos dependen de éstos, ya que algunos están relacionados con aspectos genéticos y hereditarios que no se pueden controlar, así lo aseguró Ricardo Correa-Rotter, jefe del Departamento de Nefrología y Metabolismo Mineral del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”.
Ya sea que se tengan estos factores de predisposición o no, el especialista aseguró a Letra S que descuidar hábitos alimentarios o de estilo de vida puede favorecer que los riñones se dañen, por lo que recomendó evitar la ingesta excesiva de sal y el consumo de bebidas carbonatadas azucaradas (refrescos), además de que sugirió una cantidad adecuada de líquidos para mantener el cuerpo bien hidratado. Aunque depende de la edad, el sitio donde se viva y a qué se dedique la persona, lo deseable, dijo, es beber entre 1.5 y tres litros de agua al día, a menos que la persona ya esté enferma del riñón, en cuyo caso puede precisar algunas restricciones.
“Estos cuidados básicos, así como llevar una vida no sedentaria, mantienen los riñones sanos, pero además ayudan a evitar la aparición de diabetes o hipertensión arterial, dos enfermedades que se ubican como las causas más frecuentes de daño renal”.
Verdad y mito
“Me enfermé de los riñones porque no tomaba suficiente agua”, “pasar mucho tiempo sin orinar fue lo que me hizo daño”, “beber con frecuencia agua preparada con polvos saborizantes perjudicó mis riñones”. Para Correa-Rotter, las frases anteriores están cargadas de verdad y mito, así que subrayó la importancia de ayudar a prevenir las enfermedades renales sin perpetuar falsas ideas.
Si bien es razonable tomar una cantidad adecuada de líquidos, no se debe suponer que tomar agua en grandes proporciones es lo mejor, “esto no es cierto, hay que tomar una cantidad normal”.
El también presidente de la Sociedad Latinoamericana de Nefrología e Hipertensión puntualizó que la retención excesiva de la orina sí supone algunos riegos, por ejemplo, infecciones de las vías urinarias, y aunque éstas no son la causa más frecuente de las enfermedades de los riñones, “no debe tenerse la costumbre de pasar periodos prolongados de retención voluntaria de la orina”.
Por último, y en cuanto a las bebidas hechas a base de productos químicos y polvos, aseguró que no existen estudios serios que demuestren que uno u otro producto con estas características tengan un efecto negativo sobre el riñón, pues “no está comprobado y no hay enfermedades renales específicas ligadas a este tipo de hábitos de consumo”.
La importancia de prevenir
Las enfermedades que afectan a los riñones, entre ellas la aparición de cálculos y la insuficiencia renal, se pueden presentar en todas las edades; y aunque son más frecuentes en personas de edad media y avanzada, los jóvenes no están exentos de ellas.
Correa-Rotter insistió en la importancia de la prevención, sobre todo porque los de los riñones son padecimientos que presentan síntomas palpables hasta que se encuentran en etapas avanzadas. “La vigilancia es la única forma de saber si nuestros riñones están funcionando bien”.
Aunque hoy existen modalidades de tratamiento muy eficientes, como es el caso de las diálisis, que se encargan de sustituir la función renal, además del trasplante de riñón, “lo cierto es que las enfermedades renales son un problema de salud pública que ha venido creciendo de manera exponencial, como causa de discapacidad y muerte, aun cuando se pueden prevenir”, concluyó el especialista.
*Publicado en el número 184 del Suplemento Letra S del periódico La Jornada el jueves 3 de noviembre de 2011