jueves, 21 de junio de 2007

EL CENSIDA afirma:

El Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) es el Agente Causal del SIDA

5,195 médicos y científicos – entre ellos 11 premios Nóbel- de 83 países del mundo con su firma lo han respaldado.


A seis años de la Declaración de Durban, Sudáfrica; y debido a preocupaciones en México, resultado de un programa de TV y radio donde se afirma que el VIH, no existe, el Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/SIDA (CENSIDA), considera pertinente volver a difundir la “Declaración de Durban” firmada por 5,195 médicos y científicos de 83 países del mundo, y al mismo tiempo exhorta a todos los cerca de 39,000 pacientes que actualmente reciben tratamiento anttirretroviral en nuestro país, y gracias al cual pueden continuar con vida, que bajo ninguna circunstancia suspendan por su cuenta la ingesta de estos medicamentos.

Declaración de Durban
Diecisiete años después del descubrimiento del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (HIV), miles de las personas de todo el mundo se han reunido en Durban, Sudáfrica para asistir a la XIII Conferencia Internacional de SIDA. Al final del milenio, se estima que mundialmente 34 millones de personas están viviendo con HIV o SIDA, 24 millones de ellos en África Subsahariana (1). Sólo el año pasado, 2.6 millones de personas murieron de SIDA, la proporción más alta desde el inicio de la epidemia. Si las tendencias actuales continúan, el Sur y Sudeste de Asia, América del Sur y regiones de la antigua Unión Soviética también llevarán una carga pesada en las próximas dos décadas.
Como muchas otras enfermedades, como la tuberculosis y malaria que promueven la enfermedad y muerte en las comunidades postergadas y empobrecidas, el SIDA se propaga a través de infección. El HIV-1, el retrovirus que es responsable de la pandemia del SIDA, se relaciona estrechamente al Virus de Inmunodeficiencia Simiana (SIV) que infecta a los chimpancés. El HIV-2 que prevalece en África Occidental y se ha extendido a Europa e India, es casi indistinguible de un SIV que infecta al mono tiznado de mangabey. Aunque el HIV-1 y HIV-2 surgen primero como infecciones transmitidas de los animales a los humanos, o zoonosis (2), los dos se transmiten ahora entre los humanos a través del contacto sexual, de la madre al niño y por vía de sangre contaminada.
Una fuente animal para una nueva infección no es privativa del HIV. La peste vino de los roedores. La influenza y el nuevo virus de Nipah en el Sudeste de Asia arribó a los humanos vía los cerdos. Variantes de la enfermedad de Creutzfeldt Jakob en el Reino Unido vienen de la "vaca loca". Una vez que el HIV se estableció en humanos, se adaptó rápidamente a los hábitos y costumbres humanas. Como otros virus, el HIV no reconoce ningún límite social, político o geográfico.
La evidencia que el SIDA es causado por el HIV-1 o HIV-2 es clara, exhaustiva e inequívoca. Esta evidencia reúne las normas científicas más altas (3-7). Las conclusiones se basan exactamente en los mismos criterios tomados en cuanto a otras enfermedades virales, como poliomielitis, sarampión y viruela:
Los pacientes con Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, sin tener en cuenta donde viven, se han infectado con el HIV (3-7).
· Si no reciben tratamiento, la mayoría de las personas con infección por HIV muestran señales de SIDA dentro de los 5-10 años posteriores (6, 7). La infección de HIV se detecta en sangre descubriendo anticuerpos, secuencias del gen o aislamiento viral. Estas pruebas son tan fiables como cualquiera de las usadas para descubrir otras infecciones virales.
· Personas que recibieron sangre o productos sanguíneos contaminados con HIV desarrollan SIDA, mientras que aquellos que recibieron material no infectado o sangre testeada, no lo desarrollan (6).
· La mayoría de los niños que desarrollan SIDA han nacido de madres infectadas por el HIV. A nivel más alto de carga viral en la madre, es mayor el riesgo de que su niño resulte infectado (8).
· En el laboratorio, el HIV infecta el tipo exacto de glóbulos blancos (linfocitos CD4) que resultan ser suprimidos en las personas con SIDA (3-5).
· Drogas que bloquean la replicación del HIV en el tubo de ensayo también reducen la carga viral y retrasan la progresión al SIDA. Donde está disponible, el tratamiento ha reducido la mortalidad por SIDA en más de 80% (9).
· Monos inoculados con ADN de SIV clonado resultan infectados y desarrollan SIDA (10).
· Se dispone de información adicional (4), el virus HIV causa el SIDA (5). Es lamentable que algunas personas continúen negando la evidencia. Esta posición costará innumerables vidas.
En diferentes regiones del mundo el HIV/SIDA muestra patrones modificados en su propagación y síntomas. En África, por ejemplo, las personas infectadas por HIV tienen 11 veces más probabilidades de morir dentro de los 5 años (7) posteriores a la infección y más de 100 veces más probabilidades de desarrollar el sarcoma de Kaposi, un cáncer aún no vinculado a otro virus (11).
Como con cualquier otra infección crónica, varios cofactores juegan un papel determinando el riesgo de enfermedad. Personas malnutridas, quienes ya sufren otras infecciones o quienes son más viejos, tienden a ser más susceptibles al rápido desarrollo de SIDA a raíz de la infección por HIV. Sin embargo, ninguno de estos factores debilita la evidencia científica que el HIV es la única causa del SIDA.
En esta emergencia global, la prevención de la infección por HIV debe ser nuestra mayor prioridad de salud pública mundial. El conocimiento y las herramientas para prevenir la infección existen. La propagación sexual del HIV puede ser prevenidos por monogamia, abstinencia o usando condones. La transmisión por sangre puede ser detenida controlando los productos sanguíneos y no reutilizando agujas. La transmisión de madre a niño puede ser reducida a más de la mitad por tratamientos cortos de drogas antivirales (12, 13).
Los recursos limitados y la carga aplastante de pobreza en muchas partes del mundo constituyen desafíos formidables para el control de la infección de HIV. Las personas ya infectadas pueden ser ayudadas por tratamiento con drogas que salvan vidas, pero el alto costo coloca estos tratamientos fuera del alcance para la mayoría. Es crucial desarrollar nuevas drogas antivirales más fáciles de tomar, que tengan menos efectos colaterales y sean mucho menos caras, para que millones más puedan beneficiarse de ellas.
Hay muchas maneras de comunicar la información vital sobre HIV/SIDA. Lo que resulta mejor en un país puede no ser apropiado en otro. Pero para enfrentar la enfermedad, todos debemos entender primero que el HIV es el enemigo. La investigación, no los mitos, llevará al desarrollo de tratamientos más eficaces y más baratos, y esperanzadamente a una vacuna. Pero por ahora, debe ponerse énfasis en prevenir la transmisión sexual.
No se avizora el fin de la pandemia de SIDA. Trabajando juntos, nosotros tenemos el poder para revertir el curso de esta epidemia. La ciencia triunfará un día sobre el SIDA, así como lo hizo sobre la viruela. Frenar la propagación del HIV será el primer paso. Hasta entonces, la razón, la solidaridad, la voluntad política y el coraje deben ser nuestros compañeros.