domingo, 17 de junio de 2007

La Pederastia Católica.

Es curioso de cuanto la iglesia dice que el ser homosexual es un pecado y que los más inocentes deben de ser protegidos de ataques sexuales y que los castigos que les deben aplicar a los agresores, deben ser muy fuertes y que Dios también los va a castigar a la hora de su juicio, esto es refiriéndose directamente a los niños menores de edad.
Digo que es curioso porque más del 60% de los sacerdotes son homosexuales y entre ellos hay muchos que son pederastas, esto quiere decir, que abusan de los menores de edad que están bajo su resguardo o bien son monaguillos.
Si ellos tachan tanto los abusos a los menores y la homosexualidad, entonces ¿Porqué ellos cometen los mismos “pecados”?
Tantos casos de pederastia que la iglesia tiene encubiertos y por ser una autoridad religiosa no los han condenado, porque o ellos lo niegan, o las autoridades los alcahuetean.
Grandes casos como los de los sacerdotes nunca se llevan mucho a investigación porque ellos manipulan la mente de los niños diciéndoles que tienen una enfermedad o que si le dicen a alguien se van a ir al infierno.
¿Cuántas veces no se ha escuchado eso? Una excusa y justificación tan patética porque los mismos sacerdotes ni se aceptan como homosexuales ni como pederastas.
Pero, ¿Acaso la justicia los juzga? Muchos de estos crímenes y abusos contra los menores quedan impunes porque la iglesia tiene sus pretextos y es la palabra de un “religioso” contra la de un “pecador”.
Muchos defienden a la iglesia porque tienen miedo de las represarias de Dios, de su ira, de su venganza por juzgar a sus misioneros. La iglesia y la religión predican un Dios de amor, comprensión y perdón. Pero mas bien o lo hacen ver vengativo, o en realidad es muy vengativo. Porque si no se acatan sus reglas te vas a l infierno, si eres homosexual te vas al infierno, si eres ateo te vas al infierno y así puedo seguir con la lista de cosas pero usaría mucho espacio en un tema que ni va al caso.
La cosa es analizar que la iglesia siempre queda impune ante los actos de pederastia, y que la ley no hace nada para resolverlo.
Y mientras los inocentes sigan teniendo ese lavado de cerebro religioso, no podrán decir nada por temor al Dios vengador y al “pecado” de acusar a los sacerdotes.