sábado, 4 de agosto de 2007

SEXO ANAL

El sexo anal es una práctica sexual consistente en la introducción del pene del macho en el ano y el recto de su pareja. Otros términos sinónimos -empleados con menos frecuencia- son "sodomía", "coito anal" o "pedicación".

Hombre y mujer griegos teniendo sexo anal.
Se conoce la existencia de esta práctica entre
primates y cánidos, además de en seres humanos. La inserción de juguetes sexuales en el ano también se considera sexo anal.
Es posible también que una mujer penetre analmente a un hombre o a otra mujer por medio de una
prótesis, que comúnmente va sujeta a su pubis por medio de un arnés. Esta variante del sexo anal recibe el nombre de pegging.
El deseo de sexo anal y su estímulo
Con independencia de la llamada al deseo que puede originar el poder romper un tabú, existen razones antropológicas por las que la visión de un trasero provoca deseo sexual.

Glúteos humanos femeninos

Glúteos humanos masculinos
Gräffenberg, el investigador alemán que descubrió el
Punto G y le da nombre, creía que la postura ideal para estimular esa zona -y obtener la máxima excitación- era la penetración por detrás como lo hacen todos los cuadrúpedos, ya que el ser humano evolucionó desde primates que aún no eran bípedos, para posteriormente erguirse. Muchos estudiosos siguieron considerando que la postura cara a cara era exclusivamente humana y por lo tanto “antinatural” pero las últimas investigaciones con bonobos nos han desvelado que ellos también usan la penetración cara a cara y que las hembras también tienen el clítoris fuera de la vagina.
El comportamiento sexual de los bonobos, que practican besos con lengua, penetración por delante y por detrás, felaciones,
cunnilingus, frotamientos, masturbación y tocamientos diversos; y todo esto indistintamente del sexo del otro bonobo, ya sea entre machos, entre hembras, solo, acompañado o en grupo revelaría que la naturaleza de estas prácticas pudiera no estar ligada a la cultura sino a la naturaleza de la especie.
Con independencia de que se produzca la penetración la visión de un ano, su caricia y sobre todo el contacto del pene con uno puede provocar fácilmente la erección. De entre las zonas que produce excitación verlas, es un hecho que la palabra "culos" está mucho más presente en Internet que "coños" o "tetas".
Los glúteos humanos son de hecho proporcionalmente más grandes que los de otros primates. En parte por el bipedismo pero, según algunos estudiosos, también para fomentar la atracción sexual.
Puesto que el valor evolutivo del sexo es fundamentalmente reproductivo eso explicaría el relativo mayor tamaño de las nalgas femeninas. La utilidad social del sexo -al igual que ocurre en los bonobos- explicaría el deseo de penetrar a individuos del mismo sexo.
Los glúteos asimismo son muy sensitivos y, si la experiencia de las caricias estimula el deseo sexual, en algunas posturas de práctica del coito lógicamente también se produce un contacto rítmico con los glúteos, lo que es un fuerte estímulo sexual para ambas partes.
En cuanto a qué morfología de glúteos se considera deseable sí ha variado con la cultura: en algunas épocas se preferían prominentes y en la actualidad se valora que sean visibles, pero a la vez firmes y armoniosos.

Sexo anal seguro e higiene
Advertencia: Wikipedia no es un consultorio médico.
Si cree que requiere ayuda, por favor consulte con un profesional de la salud.
La
mucosa rectal es frágil y sensible a las infecciones por virus y bacterias. La mucosa absorbe las sustancias depositadas en el recto, fenómeno aprovechado para la administración de medicamentos como es el caso de los supositorios. Esta capacidad de absorción puede ser aumentada involuntariamente mediante una penetración brutal, que puede provocar pequeñas microheridas y ocasionar hasta hemorragias. Por tanto, es un terreno propicio para la propagación de enfermedades de transmisión sexual (ETS), ya sean virales como el síndrome de inmunodeficiencia humano(VIH), el papiloma humano (PBH), todos los tipos de hepatitis( a excepción de la hepatitis A) los herpes genitales y otras también famosas pero de causa bacteriana como la gonorrea, la sifilis y otras, incluso en el caso de que no haya eyaculación. En consecuencia siempre se aconseja la práctica del sexo anal utilizando un condón (la pedicación sin condón es también muy arriesgada para el amante "activo"). Es importante prestar cuidado a la hora de extraer el condón de su envoltorio, para no dañarlo con las uñas y evitar que pudiera romperse. Si la práctica de la pedicación o sexo anal se efectúa sin condón, en todo caso es -aunque parezca obvio- imprescindible el máximo de higienización del ano y del recto así como del pene en el momento inmediato previo a la pedicación. Si la penetración anal se practica con o sin condón siempre se recomienda que, durante el momento de relaciones sexuales, se efectúe después de toda felación y -sobre todo- después de la penetración vaginal para evitar infecciones generalizadas a partir de los gérmenes que puedan encontrarse en el ano y recto.
La higiene es importante para una buena salud del ano y para la práctica del sexo anal. El lavado con jabón neutro y agua guardarán el ano limpio. El lavado debe hacerse con suavidad. También es importante que el papel usado diariamente no sea abrasivo.
El cuidado normal facilita que exista una hidratación natural que permite que la piel que le rodea esté suave y elástica.

Práctica

Suzuki Harunobu, Hombre y joven, año 1750, Victoria & Albert Museum, Londres

Preparación del ano para la penetración: lubricación, distensión e inicio de la penetración

Lubricación
Contrariamente a la
vulva y la vagina, el ano y el recto no segregan lubricación natural que facilite la relación sexual. Tampoco estos músculos tienen una elasticidad que les permitan dilatarse naturalmente. Por ello, la penetración anal debe ser practicada con sumo cuidado, para evitar la propensión existente a los desgarros y fisuras anales. Por este motivo, cuando se practica sexo anal, suele acudirse a algún lubricante para facilitar la penetración. En cuanto a los lubricantes naturales, son muy frecuentes el uso de la saliva o bien practicar la penetración anal después de la vaginal. Pero, como ambos líquidos se evaporan rápidamente, la penetración tendría que ser inmediata. Aún así, no suelen ofrecer gran garantía. Por ello, la mejor opción es recurrir a lubricantes artificiales. Es conveniente que el lubricante se aplique en el pene, en el ano y en cualquier objeto que se vaya a introducir en el mismo. En caso de sexo anal con condón, se debe tener especial cuidado en emplear un lubricante que sea compatible con preservativo. El lubricante recomendado sería uno de base acuosa de buena calidad. Los de base oleica es mejor evitarlos porque pueden dañar el látex. Por motivos de higiene siempre es recomendable el uso de condón, incluso en la penetración con objetos. La aplicación del lubricante debe conllevar su morbo y su parte de excitación sensorial; en este sentido puede ser conveniente -si no se siente reparo a ello-, pasar la lengua por el ano de la otra persona, e introducirle los dedos impregnados con lubricante con suavidad, lo que ayudaría a dilatar y relajar el ano de la persona que va a ser penetrada, y reduciría significamente la sensación de dolor inicial de la penetración.

Relajación del músculo del ano y dilatación del esfínter
Como normalmente el músculo del ano (
esfínter anal) se encuentra cerrado, el sexo anal podría ser doloroso si previamente no se tiene la precaución de distender este músculo (una buena manera sería la realización de juegos sexuales). Se recomienda dilatar o "ablandar" el esfínter anal previamente con aceite emulsionado, otros geles especiales, cremas o saliva e introduciendo lentamente un dedo en el ano, moviéndolo suavemente para luego ir engrosando con otro y otro y llegar a producir una expansión progresiva del músculo.
Además puede resultar útil el empleo de un
dilatador anal o consolador, generalmente de forma cónica, aunque puede haber otras variantes como bolitas unidas que cada vez tienen un tamaño más grande. El principio es el mismo: jugar con el ano para que éste se acostumbre a tener algo dentro y se relaje.

Inicio de la penetración
Para reducir las sensaciones de dolor es importante realizar la inserción del pene o del objeto de forma paulatina, lo que permitirá que se produzca una dilatación y adaptación gradual de los músculos. En ocasiones ayuda empujar ligeramente el objeto introducido como si se estuviera defecando para que la dilatación sea más rápida. En un primer momento quizás puede suponer extraño realizar este gesto cuando no se está defecando, pero ello no producirá ninguna expulsión inesperada o indeseada de la materia fecal, por lo que se puede empujar sin miedo.

Placer en la fase de penetración

Hombre penetrando analmente a una mujer (arte Hindú)
En el coito anal o pedicación la mujer obtiene en gran medida su placer al ser estimulado el
útero, el cual frecuentemente es poco estimulado en el coito vaginal. El hombre lo obtiene a través de la estimulación de su próstata.
La penetración anal exige generalmente la elección de un ángulo apropiado, pues el ano es más apretado y menos flexible que la vagina. En el caso de la ilustración, se observa que la cadera del hombre está relativamente más alta que la de la mujer.
Usualmente la persona penetrada complementa el coito anal con la masturbación, lo que contribuye a una multiplicación del placer y a relajarle la musculatura anal, con la consecuente facilitación y mejoramiento de la penetración anal. Por otra parte, las terminaciones nerviosas excitables en la zona ano-rectal son centenares de veces más numerosas que en la vagina (en el coito vaginal la condensación neural se restringe al clítoris y, eventualmente al llamado '
punto G'; así -si no existen fobias- la penetración anal puede llegar a ser más placentera para la mujer. En el momento en el que la pareja "pasiva" (la persona penetrada) logra el orgasmo, contrae fuertemente la musculatura anal provocando una fuerte presión sobre el amante activo lo que le facilita a éste el orgasmo.
El placer procurado por el coito anal no sólo deriva de las sensaciones físicas, sino también de las subjetivas ("romper un
tabú" por ejemplo) y de una reminiscencia de la fase o estado anal (según el psicoanálisis).
Sin embargo, la mujer frecuentemente se encuentra desde la infancia condicionada para considerar como "negativo" al coito anal, de modo que un intento compulsivo de llevarle a un coito anal puede ser percibido por ella como una especie de violación, de esto se entiende que la relación debe hacerse con el máximo acuerdo posible.

Masturbación anal

Tipos de vibrador anal
La masturbación anal es la autoestimulación enfocada en el área del
ano. Los métodos más comunes para la masturbación anal incluyen la inserción de uno o más dedos, algún tipo de juguete sexual, e incluso elementos no específicos. De todos ellos el sistema más común suele ser el uso de los dedos. Es importante, para no sentir dolor la persona penetrada y no dañar sus paredes rectales, que las uñas estén bien cortas.
La masturbación anal puede aplicarse en hombres y mujeres de cualquier orientación sexual, ya que el ano contiene numerosas terminaciones nerviosas que pueden ser estimuladas. En los hombres, la masturbación anal es especialmente placentera ya que delante del recto se encuentra la
próstata, que también contiene terminaciones nerviosas. Existen, además, en el mercado algunos juguetes sexuales cuyo objetivo es la estimulación de la próstata. En las mujeres, la inserción de un objeto en el interior del ano puede estimular directamente la vagina. La estimulacón anal puede, tanto en hombre como en mujeres, intensificar notoriamente el orgasmo.
El uso de
enemas, por razones de higiene, suele ser el paso previo a la masturbación anal, pero también puede ser una forma de masturbación en sí misma: es lo que se conoce como clismafilia. Sin embargo, se debe tener en cuenta que el abuso de enemas puede llevar con frecuencia a un dependencia física para el correcto funcionamiento del intestino.

Técnicas para favorecer el orgasmo: masturbación, objetos y ayuda de una tercera persona

La estimulación simultanea del clítoris y de la vagina en la mujer puede favorecer el orgasmo, lo que se puede lograr mediante la combinación de la penetración con la masturbación manual o con consoladores. Asimismo este placer se puede obtener en sexo en grupo mediante la ayuda de una tercera persona, bien mediante sexo oral o incluso con la práctica de una doble penetración vagino-anal. Otra posible combinación en pareja es introducir un consolador en el ano y penetrar a la pareja vaginalmente o practicarle un cunnilingus simultáneamente.
El ano contiene gran cantidad de terminaciones nerviosas que al ser
estimuladas ocasionan placer, estas terminaciones nerviosas siguen en gran medida la misma vía anatómica que las del clítoris. En el hombre, además, la penetración anal puede estimular la próstata, obteniendo orgasmos más intensos. En el caso del orgasmo del hombre puede generarse si teniendo sexo en grupo una de las personas le introduce el dedo en el ano durante el coito que le realiza a la otra persona.

Posturas más frecuentes para la práctica del sexo anal
Así como la lubricación y la relajación del esfínter son esenciales para iniciar un buen sexo anal es conveniente elegir una postura apropiada. Es importante que la persona penetrada elija la postura que pueda facilitar una perforación más suave. Existen multitud de posturas. Señalamos a continuación algunas de las más frecuentes.

Back swinging
El back swinging (lit. "zarandeo de espalda") o "sopla-nuca". El receptor/-a se encuentra tumbado boca abajo y la persona que penetra en la parte superior. La penetración es menos profunda, pero el ritmo lo controla la persona que penetra, lo que unido a la fuerte presión que ejerce el ano sobre el glande puede provocar un intenso orgasmo.

Postura del perrito o "a cuatro patas"

La postura del perrito
Es una de las más conocidas, especialmentre entre homosexuales. La persona que va a ser penetrada, se apoya con sus rodillas y brazos en una posición alta (generalmente en una cama). Cuanto más agache su espalda, más deja a descubierto su ano. La persona que penetra puede estar situada también de rodillas en la cama, o bien de pie fuera de ella. En cualquiera de esos dos casos, es el activo quien lleva el control y ritmo de la penetración, aunque el pasivo puede jugar con los testículos de su pareja. En esta postura, el ano de la persona penetrada tiende a estrecharse, por lo que la penetración puede llegar a ser dolorosa. A diferencia de la penetración vaginal, la denominada postura del perrito o "doggy" requiere generalmente que el pene esté en una posición más elevada. Si la persona que penetra está apoyada sobre sus rodillas, esto se puede conseguir poniéndose en cuclillas, lo cual es cansado pero favorece la penetración; o bien dependiendo de la estatura de la persona penetrada, doblando ésta algo más las rodillas, de modo que el trasero quede algo más bajo. Si quien penetra lo hace de pie, el amante penetrado puede abrir sus piernas. En ese caso se logra una penetración más profunda, pero la postura es algo más complicada, teniendo en cuenta que hace falta algo más de apoyo para hacer la presión suficiente para penetrar. Es interesante que la cama sea firme o incluso que la persona penetrada tenga la posibilidad de agarrarse a algo, por ejemplo en el cabecero o el pie de la cama.

Coito anal con la persona penetrada sentada encima del pene de su pareja
Bien de cara al amante, bien de espaldas a él, en este segundo caso la estimulación visual proviene de observar el trasero penetrado mientras que la ventaja de hacerlo de cara es ver la expresión de la otra persona, poder besarla en los labios, mejillas, cuello, tocarle y olerle los cabellos y, en caso de ser mujer, como se ven y se mueven sus senos; además éstos rozan con el cuerpo del hombre. La penetración que permite es muy profunda y la ventaja que tiene es que la persona penetrada tiene control de los movimientos pudiendo regular tanto el ritmo como la profundidad de la penetración. Suele ser una postura poco dolorosa, por lo que a veces puede resultar interesante comenzar por ella para adaptar los músculos del recto al tamaño del pene.

Con las dos personas tumbadas de costado
En este caso la profundidad de la penetración es mucho menor y existe el riesgo de que el pene del chico que penetra se "escape" en varias ocasiones del recto de su pareja. En cambio, es una postura muy sensitiva y con mucho contacto físico entre los dos compañeros. Permite además a la persona que penetra jugar con los genitales de su compañero.

El trenecito
Requiere la intervención de un mínimo de tres personas. En esta postura, una persona A es penetrada analmente por una persona B que, a su vez, es penetrada por una persona C. Lógicamente, en esta práctica puede intervenir un número teóricamente ilimitado de personas.