miércoles, 5 de septiembre de 2007

Sexo lésbico, ojo con los riesgos


A partir de la década de los 70 en que el feminismo cobró notable auge, el lesbianismo encontró la oportunidad de buscar adeptas y las consiguió. No obstante, la práctica de sexo entre mujeres no está exenta de enfermedades de transmisión sexual, pese a lo que piensa mucha gente, por lo cual es mejor mantenerse informada.

A lo largo de la historia, la homosexualidad ha sido tratada de manera característica y peculiar, correspondiendo al espíritu de la época y el lugar. Es así que ha sido tachada de manifestación maligna, herejía, desorden o trastorno mental, teniendo incluso etiqueta de perturbación, perversión o desviación, hasta llegar a la actual consideración de ser una preferencia sexual.

Particularmente, el aprecio de las mujeres por integrantes de su mismo sexo sigue siendo objeto de rechazo, aunque paradójicamente encuentre cada día más seguidoras. Esta práctica es llamada lesbianismo, término que proviene del nombre de la isla griega Lesbos, lugar en que vivió la poetiza Safo, quien fundó una escuela de canto, música y danza para las jóvenes que querían aspirar a una cultura elevada y al desarrollo de las artes, llamada "la casa de las musas", donde no sólo se cantaba al amor entre mujeres, también se componían versos, llamados epitalamios, para las fiestas de bodas.

Actualmente, la expectativa de vida de las féminas es la más alta de la historia, 75 años, lo cual no significa que estén exentas de padecer problemas de salud. Las lesbianas, como todas las mujeres, viven en riesgo de contraer el virus del papiloma humano, herpes, infecciones e incluso VIH (causante del sida), es decir, las llamadas enfermedades de transmisión sexual (ETS). Es por ello que no deben olvidarse las precauciones o no hacer caso a los mínimos síntomas, pues las consecuencias pudieran ser fatales. La siguiente información sirva como simple ejemplo: una infección genital que no reciba tratamiento oportuno puede acarrear problemas como cáncer cervical o daños a órganos reproductivos, los cuales pueden complicar un posible embarazo, pues el que una mujer se incline hacia el lesbianismo no significa que renuncie a la maternidad.

Mujer… mujer divinaLos pocos estudios sobre las ETS entre mujeres coinciden en que las lesbianas son quienes en menor proporción las padecen, es decir, este tipo de enfermedades en alto porcentaje son contagiadas por los hombres con quienes alguna vez entraron en contacto sexual. No obstante, a continuación nos referiremos a las enfermedades de transmisión sexual, y las maneras de contagio, entre las practicantes del sexo entre mujeres, de manera que pueda dejarse de lado el mito de que éstas son infalibles a afecciones de este tipo.

Cunnilingus
El sexo oral, es decir, el contacto de la boca con el flujo vaginal es la práctica con mayor riesgo, el cual aumenta con la menstruación por la presencia de sangre, pues a través de este líquido se transportan virus y bacterias infecciosos. De forma preventiva, en caso de heridas en la boca o de inflamación de encías se pueden utilizar un trozo de plástico resistente para envolver alimentos o un condón femenino, los cuales se colocan en la entrada de la vagina, para posteriormente intentar el contacto de la lengua con las zonas erógenas de la vulva.

Contacto
Frotar el área genital con el de la pareja permite el contacto con flujo vaginal, lo cual no significa riesgo alguno, a menos que haya heridas en la zona; por la misma razón no es lo más recomendable al haber presencia de sangre. De cualquier manera, se puede emplear una barrera de plástico o látex en la entrada de ambas vaginas.

Juguetes
Vibradores, consoladores y otros objetos que también pueden dar placer son considerados juguetes sexuales, los cuales de haber entrado en contacto con el flujo vaginal o sangre y ser parte de un intercambio, pueden incurrir en riesgo de transmisión de ETS y VIH. Para prevenirlo, hay la posibilidad de utilizar condones femeninos y no intercambiar los utensilios empleados.

Masturbación
Esta práctica o penetrar a la pareja con la mano o los dedos puede ser riesgosa si hay pequeñas heridas producidas por cortes, quemaduras o por morderse las uñas, ya que éstas pueden ser una puerta de entrada a diferentes infecciones; como en los casos anteriores, el peligro crece al haber presencia de sangre menstrual. El sexo seguro es suficiente al utilizar un guante de látex fino o un protector de dedo, que puede encontrar en farmacias o tiendas de artículos sexuales.