La impunidad de Luis Echeverría, Miguel Nazar Haro y Luis de la Barreda, por los crímenes de guerra y de lesa humanidad durante los años 70, sigue agraviando a los familiares de cientos de desaparecidos, presos, ejecutados extrajudicialmente, torturados, perseguidos y exiliados de la sierra de Atoyac, donde fueron barridos pueblos enteros.
En San Andrés de la Cruz, San Juan de las Flores, El Camarón, Tres Pasos al Río, se concentró a la población y de la cancha de basquetbol se llevaron a hombres adultos a Pie de la Cuesta, donde salían aviones para arrojar cuerpos al mar. Vivos. Alguno sobrevivió. Otros fueron enjaulados en el campo militar número uno y en el cuartel militar de Atoyac, verdaderos campos de concentración.
En Los Piloncillos fueron concentrados en la cancha y fusilados por soldados vestidos de civil. Los partes militares son precisos hasta en la cantidad de cartuchos utilizados y los nombres de los integrantes de la partida militar que salió de El Paraíso.
Estos y cientos de testimonios más fueron recogidos en la sierra de Guerrero por un pequeño equipo coordinado por José Sotelo Marbán, ante el acoso constante de partidas militares y policías que hostigaban y llegaron a disparar al aire junto a las casas sin luz donde pernoctaban los historiadores, activistas, ex presos y familiares que realizaron parte del documento Que no vuelva a suceder, sobre la guerra sucia.
El documento fue entregado al fiscal especial Carrillo Puerto y se difundió solamente por Internet algún tiempo. Ya no se puede consultar en línea.
Nos enteramos que se pretende inhabilitar a José Sotelo, acusado de haber filtrado un informe preliminar a una agencia de información internacional. Esta infamia es una más del Estado mexicano.
No se castiga a los criminales de lesa humanidad. Se castiga a los que buscan justicia y verdad.
Esta lucha continúa. Y los familiares de los desaparecidos en Guerrero envían un abrazo a José Sotelo. (Carta resumida.)
Atentamente
José Martínez Cruz, coordinador de Comunicación de la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos, AC
En San Andrés de la Cruz, San Juan de las Flores, El Camarón, Tres Pasos al Río, se concentró a la población y de la cancha de basquetbol se llevaron a hombres adultos a Pie de la Cuesta, donde salían aviones para arrojar cuerpos al mar. Vivos. Alguno sobrevivió. Otros fueron enjaulados en el campo militar número uno y en el cuartel militar de Atoyac, verdaderos campos de concentración.
En Los Piloncillos fueron concentrados en la cancha y fusilados por soldados vestidos de civil. Los partes militares son precisos hasta en la cantidad de cartuchos utilizados y los nombres de los integrantes de la partida militar que salió de El Paraíso.
Estos y cientos de testimonios más fueron recogidos en la sierra de Guerrero por un pequeño equipo coordinado por José Sotelo Marbán, ante el acoso constante de partidas militares y policías que hostigaban y llegaron a disparar al aire junto a las casas sin luz donde pernoctaban los historiadores, activistas, ex presos y familiares que realizaron parte del documento Que no vuelva a suceder, sobre la guerra sucia.
El documento fue entregado al fiscal especial Carrillo Puerto y se difundió solamente por Internet algún tiempo. Ya no se puede consultar en línea.
Nos enteramos que se pretende inhabilitar a José Sotelo, acusado de haber filtrado un informe preliminar a una agencia de información internacional. Esta infamia es una más del Estado mexicano.
No se castiga a los criminales de lesa humanidad. Se castiga a los que buscan justicia y verdad.
Esta lucha continúa. Y los familiares de los desaparecidos en Guerrero envían un abrazo a José Sotelo. (Carta resumida.)
Atentamente
José Martínez Cruz, coordinador de Comunicación de la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos, AC