lunes, 7 de enero de 2008

Comparte experiencia sobre Odinga

Los sucesos de Kenia tienen gran trascendencia por las luchas por la dignidad humana que, con gran valor y esperanza, ha librado ese pueblo del que poco se conoce y menos se comprende. Por eso, llamo a que no nos mantengamos ajenos y pido a La Jornada que me permita compartir mi experiencia y profundice en la información y el análisis al respecto.
En edición del 4 de enero aparece una foto de grave violencia y se menciona en el pie a Raila Odinga como candidato perdedor; en diferentes notas en Internet se describe como un conflicto intertribal. Ni es Odinga candidato perdedor, ni es la génesis del conflicto la situación tribal.
La lucha del pueblo de Kenia, desde la cruenta batalla contra el colonialismo por una vida con paz y justicia ha sido dura, larga y poco difundida en México a pesar de su trascendencia para el mundo.
Raila Odinga ha estado al lado de su pueblo en sus luchas por lograr la democracia y mejorar las condiciones de vida en paz. Por diferentes circunstancias, he tenido la oportunidad de conocerlo y compartir momentos en los que he sido testigo del cariño y confianza que los kenianos le expresaron por la calle, los hoteles, el Uhuru Park y diferentes espacios, desde 1993, la primera vez que lo conocí en un viaje con Cristina Payán y Georgina Luna Parra de García Sainz, y en posteriores ocasiones que he regresado.
Raila compitió contra el dictador MOI cuando se quiso relegir y declinó su candidatura para no dividir el voto, dejando el paso a Kibaki, a pesar de su propia fuerza electoral.
Convencido de que la democracia es camino para la paz, su lucha y sus propuestas han sido por garantizar procesos electorales más limpios e independientes; desde su posición en el Parlamento vino como observador en las elecciones de México cuando compitió Cuauhtémoc Cárdenas.
Durante el Foro Social Mundial en Nairobi conversé con Raila, percibí la resistencia de Kibaki a dejar el poder. Se podía intuir el uso de la fuerza para mantenerlo.
En esos días estuvimos en las colonias más pobres, compartiendo grupos de reflexión con un pueblo ansioso de mejorar sus condiciones de vida, avanzar en la paz y la dignidad combatiendo la violencia y el hambre; aunque no era el tema electoral pude constatar la esperanza que significaba Raila para ellos.
El 27 de febrero estuve atenta a las elecciones que contaron con gran participación, se denunció retraso en los resultados y una serie de irregularidades sostenidas por el poder del presidente Kibaki.
Kenia merece nuestra atención, no podemos mantenernos al margen. La información oportuna, el análisis de los actores políticos y su historia permitirá su comprensión. Es La Jornada nuestro periódico, por eso se los pedimos.
Adriana Luna Parra