domingo, 17 de febrero de 2008

Exigen respeto de autoridades a la salud de trabajadores

El pasado 21 de enero se nos hizo favor de publicar una denuncia sobre las condiciones de insalubridad en que laboran trabajadores de la planta de bombeo Zaragoza, al estar expuestos a la emanación de gases tóxicos de la lumbrera del drenaje ubicada en esa planta.
Dos días después las autoridades del Sistema de Aguas de la Ciudad de México concentraron algunos depósitos de carbón activado, sin que hasta la fecha se hayan colocado; de nada sirve este carbón si se encuentra envasado. De la atención a la salud de los trabajadores, que también reclamamos en esa denuncia, ni una sola palabra, antes al contrario, ya que veladamente han corrido la amenaza de que se va aplicar una sobrevigilancia y a extremar las medidas de supervisión para esos trabajadores. Es decir, que se quiere responder a los justos reclamos de los trabajadores con represión administrativa, a pesar de que ningún trabajador de esa planta aparece firmando la denuncia publicada.
A esto le sumamos que existen unos 400 trabajadores del Sistema de Aguas que ya han sido dictaminados por la comisión central de seguridad e higiene para la aplicación de la prima de 20 por ciento adicional al salario, por trabajar en condiciones de insalubridad, sin que se cubra esta prestación, que en algunos casos tiene un retraso de cuatro años, lo que nos hace pensar que esos recursos se desvían para otros fines, invalidando derechos laborales; sin embargo, se ha detectado que a algunos trabajadores que laboran directamente con los jefes de unidad les es cubierta esta prestación de manera inmediata y sin mayor trámite, en tanto el resto debe seguir esperando.
Por eso nos sumamos a la exigencia de que de manera inmediata debe ser cubierta esta prestación a los trabajadores que ya cuentan con dictamen de la comisión central, y exigimos que no se responda con represión a las demandas de los trabajadores.
Atentamente.
David Pérez Díaz, Rodrigo García Elizalde, José Negrete Aldama, Jesús Arellano y Víctor Guillén