martes, 5 de febrero de 2008

Sobre la muerte de una campesina en el Zócalo

Marchando con un contingente campesino, murió María González Bueno, de 65 años de edad, originaria de Compostela Nayarit. (La Jornada, 01/2/08).
Su corazón se detuvo.¿Quién era?, ¿cómo era?, ¿cómo vivía?, ¿qué soñaba? ¿Qué fue lo último que vio esta mujer campesina? ¿Habría en sus ojos esperanza?
La combativa marcha del 31 de enero reunió a miles de campesinos, de sindicalistas. Llama la atención la edad: los campesinos en su mayoría son hombres maduros; muchos peinan canas, al igual que las mujeres. Rostros cansados, unos gritan, otros callan. Pocos jóvenes. ¿Estarán ya del otro lado de la frontera?
Lo que reclaman es claro: el campo no aguanta más. Pero ¿qué esperan realmente, después de pasar más de la mitad de su vida escuchando promesas, mentiras? ¿Qué esperaba María González?
Ella no es una cifra más entre las miles de muertes en nuestro país por desnutrición, por falta de atención médica, porque, por azares del destino, María cayó en la marcha y es ya un símbolo.
Su reclamo de justicia no puede ser en vano.
María Guerra