Nueva York, 12 mayo. Nueva York dará un nuevo paso hacia la legalización de los matrimonios entre homosexuales. Según legisladores, por vez primera se da el contexto político para alcanzar esa meta.
La asamblea estatal, donde la mayoría está en favor de las bodas gays, examinará y quizá se pronuncie en favor del proyecto de ley, pero las verdaderas dificultades aguardan en el Senado.
Leyes similares ya fueron aprobadas en otros cuatro estados del noreste, Maine, Connecticut, Massachusetts y Vermont, y uno del centro: Iowa.
No es la primera ocasión que la legislatura de Nueva York debate proyectos de ese tipo. El más reciente fue aprobado por la asamblea del estado por 85 votos contra 61 en 2007, pero el texto no pasó al Senado.
Esa vez, cuando el Senado estaba controlado por los republicanos, los promotores del texto optaron por no someterlo a votación en esa cámara.
Actualmente los demócratas –que por lo general apoyan más esas medidas– forman mayoría en el Senado estatal, por vez primera en cuatro décadas, aunque por escaso margen: 32 contra 30 curules.
Además, este año el gobernador demócrata de Nueva York, David Paterson –quien enfrenta la caída de popularidad más importante desde que asumió el cargo, en 2008, y busca salvavidas políticos–, presentó el proyecto de ley, garantizando así su promulgación inmediata en caso de que se apruebe.
De igual forma, por primera ocasión una encuesta publicada el mes pasado por el Siena College reveló que 53 por ciento de los habitantes del estado están en favor de los casamientos entre homosexuales, contra 39 por ciento que se oponen.
Paterson advirtió que la dificultad para avalar el texto se concentra en organizaciones y movimientos conservadores “antagonistas”, los cuales tienen importante poder de cabildeo.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Malcolm Smith, manifestó que está en favor del proyecto, pero aclaró que no lo impulsará en esa cámara hasta estar seguro de que tendrá el respaldo suficiente para ser aprobado.
La Organización Nacional por el Matrimonio (NOM, por sus siglas en inglés) dijo sobre la iniciativa que, “en medio de la peor crisis económica en varias generaciones, no es momento de meterse con el casamiento. Mejor pónganse a trabajar”.
El nuevo arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, reiteró el mes pasado el rechazo de la Iglesia católica de Estados Unidos a las bodas gays.
Al debate se sumó este martes la polémica sobre miss California, cuestionada por recientes declaraciones contra los matrimonios entre homosexuales. Carrie Prejean, quien fue autorizada a conservar su corona a pesar de la publicación de fotos posando semidesnuda, que según algunos violaban su contrato, dijo que era blanco de una campaña por haberse pronunciado en favor de las bodas entre gays.
Prejean negó formar parte de los grupos de cabildeo en favor de los matrimonios “tradicionales”. Sin embargo, la reina de belleza se ha convertido en paladín extraoficial de esa causa en momentos en que el debate sobre esas bodas avanza en la escena política nacional. Sus simpatizantes dicen que perdió el concurso debido a sus declaraciones.
La asamblea estatal, donde la mayoría está en favor de las bodas gays, examinará y quizá se pronuncie en favor del proyecto de ley, pero las verdaderas dificultades aguardan en el Senado.
Leyes similares ya fueron aprobadas en otros cuatro estados del noreste, Maine, Connecticut, Massachusetts y Vermont, y uno del centro: Iowa.
No es la primera ocasión que la legislatura de Nueva York debate proyectos de ese tipo. El más reciente fue aprobado por la asamblea del estado por 85 votos contra 61 en 2007, pero el texto no pasó al Senado.
Esa vez, cuando el Senado estaba controlado por los republicanos, los promotores del texto optaron por no someterlo a votación en esa cámara.
Actualmente los demócratas –que por lo general apoyan más esas medidas– forman mayoría en el Senado estatal, por vez primera en cuatro décadas, aunque por escaso margen: 32 contra 30 curules.
Además, este año el gobernador demócrata de Nueva York, David Paterson –quien enfrenta la caída de popularidad más importante desde que asumió el cargo, en 2008, y busca salvavidas políticos–, presentó el proyecto de ley, garantizando así su promulgación inmediata en caso de que se apruebe.
De igual forma, por primera ocasión una encuesta publicada el mes pasado por el Siena College reveló que 53 por ciento de los habitantes del estado están en favor de los casamientos entre homosexuales, contra 39 por ciento que se oponen.
Paterson advirtió que la dificultad para avalar el texto se concentra en organizaciones y movimientos conservadores “antagonistas”, los cuales tienen importante poder de cabildeo.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Malcolm Smith, manifestó que está en favor del proyecto, pero aclaró que no lo impulsará en esa cámara hasta estar seguro de que tendrá el respaldo suficiente para ser aprobado.
La Organización Nacional por el Matrimonio (NOM, por sus siglas en inglés) dijo sobre la iniciativa que, “en medio de la peor crisis económica en varias generaciones, no es momento de meterse con el casamiento. Mejor pónganse a trabajar”.
El nuevo arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, reiteró el mes pasado el rechazo de la Iglesia católica de Estados Unidos a las bodas gays.
Al debate se sumó este martes la polémica sobre miss California, cuestionada por recientes declaraciones contra los matrimonios entre homosexuales. Carrie Prejean, quien fue autorizada a conservar su corona a pesar de la publicación de fotos posando semidesnuda, que según algunos violaban su contrato, dijo que era blanco de una campaña por haberse pronunciado en favor de las bodas entre gays.
Prejean negó formar parte de los grupos de cabildeo en favor de los matrimonios “tradicionales”. Sin embargo, la reina de belleza se ha convertido en paladín extraoficial de esa causa en momentos en que el debate sobre esas bodas avanza en la escena política nacional. Sus simpatizantes dicen que perdió el concurso debido a sus declaraciones.
