lunes, 9 de mayo de 2011

Los crímenes de odio no son crímenes pasionales, aseguran especialistas

Guillermo Montalvo Fuentes-enviado
Pachuca, Hgo., mayo 04 de 2011.
“¡Así se matan los homosexuales! y ¡Lo asesinó el novio porque lo encontró con el amante!”, son algunos de los argumentos que las autoridades policiales utilizan para calificar los crímenes cometidos en contra de personas de la diversidad sexual, prejuicio que de acuerdo con Rodolfo Millán se debe erradicar.
El abogado en Derecho Penal subrayó la importancia de cambiar la opinión de que los crímenes de odio son crímenes pasionales, lo cual no siempre es así, y pensarlo sólo contribuye a la impunidad, la negligencia institucional, la extorsión policiaca y la no atención de las víctimas.
En el marco de la X Semana Cultural de la Diversidad Sexual organizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia y que se realiza en el Ex Convento de San Francisco de esta ciudad, Millán lamentó que hasta febrero de 2011, sólo 17 leyes estatales habían sido expedidas para prevenir la discriminación; y que sólo en Coahuila, Campeche y el Distrito Federal estén tipificados los crímenes de odio.
Al respecto, explicó que se entiende por crimen de odio aquel cuyo móvil es la orientación sexual o identidad de género de los y las lesionadas.
Tras una reforma al artículo 138, el Código Penal del DF describe que el homicidio y las lesiones son calificadas cuando se cometen con ventaja, traición, alevosía, saña, en estado de alteración voluntaria y odio, este último precisamente agregado con la reforma.
Existe odio cuando el agente comete el homicidio por condición social o económica, vinculación, pertenencia o relación con un grupo definido, origen étnico o social, nacionalidad o lugar de origen, sexo, lengua religión, edad, opiniones, discapacidad, apariencia física, orientación sexual o identidad de género.
Sin embargo, de acuerdo con el experto en leyes, se trata de una tipificación de difícil aplicación, descrita más de forma política que jurídica.
“El odio es un sentimiento, entonces, ¿cómo puedo demostrar que una persona me odiaba, más cuando se trata de un homicidio? En todo caso, se trata de un crimen de prejuicio y así es como se debe tipificar”.
Por su parte, Marcela Suárez Escobar, investigadora del Departamento de Humanidades de la División de Ciencias y Humanidades de la Universidad Autónoma Metropolitana unidad Azcapotzalco, señaló que los medios de comunicación contribuyen en la generación de este tipo de prejuicios, a través del discurso de odio que emiten constantemente sobre las personas de la diversidad sexual.
Para la especialista, el prejuicio es discursivamente adquirido, razón por la que los medios de comunicación son uno de los principales responsables en la producción de discriminación y exclusión.
Marginación, desprecio, ejercicio de la violencia física y negación del otro como humano son algunas de las cosas que los medios de comunicación pueden generar en el imaginario colectivo, algo que de acuerdo con Suárez, responde a intereses económicos.
En torno a este tema, la investigadora mencionó que trabaja en un libro titulado Prensa y delito, el cual espera tener listo para el año entrante.