sábado, 23 de junio de 2007

Caso Octavio Acuña, un crimen aún no resuelto‎

Caso Octavio Acuña, un crimen aún no resuelto *Aún sin sentencia, el presunto autor material *El inculpado señala “trampa” de la procuraduría y la acusa de tortura México DF, junio 22 de 2007 (Mario Alberto Reyes/ NotieSe).- A dos años delcrimen del activista gay Octavio Acuña Rubio, las autoridades de Querétaroaún no emiten sentencia al presunto autor material, Miguel Ángel PalaciosRíos, quien permanece preso en el Centro de Readaptación Social San José ElAlto desde hace poco más de un año. Tras su detención, los abogados de Palacios Ríos la apelaron por considerarfue ilegal e interpusieron un amparo para demostrar su inocencia. Arguyeronque en el día y la hora de los hechos, el inculpado se encontraba laborandoen una panadería, hecho que fue corroborado por su jefe y dos compañeros detrabajo. La tarde del 21 de junio de 2005, Acuña Rubio fue apuñalado en la condonería“De Colores” la cual era de su propiedad. Ahí proporcionaba terapiaspsicológicas e impartía talleres de prevención de VIH/sida y otrasinfecciones de transmisión sexual (ITS). Luego de un año de investigaciones, mismas que siempre fueron cuestionadaspor organizaciones civiles que denunciaron homofobia institucional, laProcuraduría General de Justicia de Querétaro (PGJQ) concluyó que elasesinato no fue motivado por homofobia sino por la resistencia que OctavioAcuña opuso para ser asaltado. Aunque inicialmente aceptó ser el asesino, Palacios Ríos desistió de esaversión y aseguró que todo fue una trampa tendida por la PGJQ para fabricarun culpable y acusó de tortura a los elementos policiacos. De acuerdo con laprocuraduría, Humberto García Ramírez, de 24 años de edad y apodado “LaSalma”, fue quién ordenó el crimen luego de tener un disgusto con AcuñaRubio. Sin embargo, la dependencia encabezada por Juan Martín Granados Torres, nopudo acreditar la culpabilidad de García Ramírez y fue puesto en libertad 24horas después de ser detenido. Posteriormente, “La Salma” presentó una quejaante la Comisión Nacional de Derechos Humanos por tortura, la cual noprosperó y actualmente se desconoce su paradero. El “carpetazo” oficial ocurrió el 20 de junio de 2006, cuando la PGJQconcluyó que el crimen de Octavio Acuña fue motivado “por asalto y no porhomofobia”. El reporte oficial señaló que “bajo los efectos de bebidasembriagantes” Humberto y Miguel Ángel planearon el asesinato luego de que elprimero se disgustara con Acuña Rubio por “recibir piropos” en su negocio,situación que molestó al activista “quien lo corrió del lugar con palabrasaltisonantes”. Así, las autoridades ministeriales desestimaron la opinión de organizacionesciviles nacionales e internacionales que exigían se tomara en cuenta a lahomofobia como posible causa del crimen y concluyeron que los hechos sedebieron a diferencias entre integrantes de la comunidad gay. Pesquisas con prejuicios homofóbicos De acuerdo con Nadia Sierra, presidenta de la Asociación Queretana deEducación para la Sexualidad (Aquesex), fundada por Acuña Rubio, laspesquisas de las autoridades estuvieron llenas de prejuicios homofóbicos yno se centraron en buscar elementos de prueba para encontrar al asesino deOctavio, sino en averiguar cuáles eran sus relaciones sentimentales,afectivas y sexuales. “Nunca se enfocaron a realizar una investigaciónimparcial y objetiva”. En entrevista con esta agencia, la también abogada coadyuvante mencionó queel caso se había convertido en una “papa caliente” para el gobierno deQuerétaro, por lo que quisieron fabricar un “chivo expiatorio”, pues losucedido a Octavio “no concuerda con lo asentado en la investigación, aúnesperamos resultados favorables para que no vuelva a suceder un crimen deodio en el país”. “Hubo una clara intención de las autoridades por enmarcar el crimen en untriángulo pasional. El típico caso de homosexuales que se enojan, se peleany se matan entre ellos. Trataron de ejemplificar que los gays son un malejemplo para la sociedad porque entre ellos mismos se asesinan”. Refirió que en el aspecto legal ya no hay nada qué hacer sino sólo esperar aque el juez encargado del proceso en contra de Miguel Ángel Palacios Ríos,resuelva de manera justa e imparcial. Agregó que de ser declarado inocenteel presunto culpable, las organizaciones civiles Aquesex y Salud y Género,apelarán a la reanudación de las investigaciones, pues significaría que elasesino de Acuña Rubio aún está en libertad. Criminalización de la víctima Por su parte, la abogada Karla Elia Mosqueira, quien inicialmente llevó elcaso, denunció la falta de transparencia en el seguimiento de lasindagatorias, pues a pesar de contar con un poder otorgado por losfamiliares de Octavio para fungir como coadyuvante, el Ministerio Público lenegó el acceso a los expedientes, aunado a que “siempre buscó criminalizar ala víctima”. Días antes de su muerte, el psicólogo había presentado una queja ante laComisión Estatal de Derechos Humanos de Querétaro, por la agresiónexperimentada al lado de su pareja Martín Romero en un parque público cuandointegrantes de la Guardia Municipal los corrieron del lugar porque “se veíanmuy feos”, el organismo en ese entonces a cargo de Pablo Enrique Vargas,archivó el caso y no hizo nada al respecto. A dos años de distancia Para Martín Romero, continuar con el trabajo iniciado por Octavio, es lamejor forma de recordarlo, es por eso que se prepara como educador ensexualidad, y junto con dos psicólogos proporcionan en la condonería unservicio de acompañamiento terapéutico e incluso colaboran con algunasuniversidades para impartir talleres de prevención de ITS, VIH/sida yembarazos no deseados. Dijo a NotieSe estar en espera del resultado final del proceso establecidoen contra de Palacios Ríos. “Se tiene que encontrar al culpable, porquealguien lo hizo”. Al recordar que el 14 de diciembre de 2006, un individuoarmado llegó a la condonería y preguntó por él para supuestamente recibirasesoría clínica, y que al no encontrarlo robó una computadora, MartínRomero aseguró estar preparado para resistir los embates de una sociedadmachista y homofóbica. “A dos años del suceso hay emociones encontradas. Por un lado me siento muyavanzado a nivel personal y sentimental, y por el otro, seguir con elproyecto de Aquesex me brinda paz y tranquilidad. La respuesta obtenida delas organizaciones civiles nacionales e internacionales me motiva paraseguir adelante. Es reconfortante saber que Octavio no fue una cifra más, elcaso está dentro de las prioridades de Amnistía Internacional, y continuaréponiendo mi granito de arena para terminar con la homofobia”.