Un beso puede significar tantas cosas como las fantasías nos lo permitan, amor, erotismo, sensualidad, placer. Pero si nos ponemos críticos e investigamos las bases físicas del beso, nos damos cuenta que no es otra cosa que un intercambio de fluidos y los gérmenes que lo incluyen. Siendo directo, se calcula que por cada milímetro de saliva que se pone en movimiento, aproximadamente entre diez mil y diez millones de bacterias pasean entre los dientes, la lengua, la garganta y las encías al ritmo que fluya la pasión.La gran mayoría de estas bacterias que se trasladan entre las bocas son inofensivas, e inclusive, necesarias para el buen funcionamiento del organismo. Pero sin duda, tienes que saber que la boca es una de las zonas más potencialmente infectadas del cuerpo y donde muchos gérmenes se instalan.Por esto, es completamente cierto que los besos son fuente de transmisión de enfermedades, desde las que afectan la salud buco dental, como periodontitis o gingivitis, hasta otras infecciones como gripes, catarro, o infecciones víricas (especialmente el herpes bucal, conocidos como fuegos).Las caries, definitivamente son de las principales causas de transmisión de gérmenes por besos. Provocan primordialmente mal sabor de boca (halitosis), con lo que cualquier intento de acercamiento se convierte en el peor martirio.También es importante tomar en cuenta que aunque el VIH no vive ni se reproduce en la saliva, los besos apasionados e intensos pueden provocar microlesiones en los labios, y como es sabido, el contacto de heridas en piel o mucosas son una vía directa para el contagio del virus de la inmodeficiencia adquirida. O sea, el riesgo es muy bajo, pero existe.Es por eso importante asegurarte de que mantienes una salud bucal óptima, al igual que tu pareja, para evitar cualquier tipo de contagio y poder gozar de los placeres que nos proporcionan las miles y miles terminales nerviosas que tenemos en los labios y la lengua.
