lunes, 17 de diciembre de 2007

¿Una ley para el allanamiento de moradas?

¿Una ley para el allanamiento de moradas?
¡Sólo eso nos faltaba! ¿De cuando acá, la policía brinda confianza al ciudadano?
¿Otra vez al porfiriato?
No es con este tipo de leyes, por sí mismas dictatoriales, como se va a resolver o más bien a someter a la delincuencia, porque parte de la misma ya está en el interior de la policía, por lo menos es lo que escuchamos cotidianamente en las noticias y leemos en los medios escritos.
Da la impresión de que con este estilo de impartir justicia a lo fácil, lo que se pretende, además, es reprimir la inconformidad ciudadana frente a la hambruna y demás carencias de supervivencia. ¡Craso error!
Retóricamente se pretende persuadir de las bondades de esta ley, más no convencen, porque en realidad lo que van a lograr, si la aprueban, es el incremento de la violencia y un alto índice de repudio, por las razones siguientes:
El nivel educativo es muy bajo y, por tanto, conseguir un buen empleo es muy difícil.
La famosa promesa del empleo de este gobierno es sólo espejismo, no realidad.
No hay voluntad de los ciudadanos para obedecer las leyes, porque desde arriba no la hay para cumplirlas.
Los que tienen la fuerza y los instrumentos de poder, en unión con los que controlan los medios de producción, no encaran leal y honestamente el combate al desempleo para bien del pueblo, más bien se ve que hay un choque de trenes entre ellos.
Cómo creerle al sistema que nos gobierna, si entre decir y hacer, entre prometer y cumplir no hay resultados, sino todo lo contrario: ¡Sólo hay un gran abismo!
Gabriel Aguilar Mendoza