sábado, 18 de julio de 2009

Tristes elecciones

Innegablemente, el primer domingo de julio fue un día de luto nacional. Sin más, partidos vergonzantes y seres sin escrúpulos, se dicen triunfadores de un proceso electoral que sólo dejó abyección e ignominia. En México, sistemáticamente se habla de apertura democrática, tal apreciación es puro cuento, sin duda la coacción, el capricho y una aviesa partidocracia nos invade.
En la práctica, la democracia sólo ha sido pretexto para enriquecer vivales e imponer gobiernos; no olvidemos los comicios para la primera magistratura en 2006, donde no hubo ganador; asimismo, lo ocurrido en 1998, cuando a base de un fraude verdaderamente escandaloso, se le quitó la Presidencia de la República a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
Lo grave es que se gasta mucho dinero en el subsidio de las fracciones políticas, el cual regularmente es mangoneado por una camarilla. Veamos, el partido de derecha (PAN), como todo mundo sabe, es manejado desde Los Pinos; el PRD con sus tribus en permanente conflicto, llenas de una ignorancia absoluta, sólo tienen en común su ambición desmedida; el PRI, liderado por los dinosaurios de siempre, quienes colocan –casi en su totalidad– en la planilla de candidatos a hijos, amantes y todo tipo de gangsterzuelos.
De los bien titulados partidos enanos, no hay uno solo que valga la pena, los que no son propiedad de una familia, pertenecen a una caterva de impresentables ¿Cómo debe sentirse el terrible y tristemente célebre Peje, al apoyar ahora al Partido del Trabajo (PT)? Mismo que fue creado por su acérrimo enemigo Carlos Salinas de Gortari.
Por su parte, Convergencia tiene como emblemático personaje a La güera Hertz, sujeto cuya cola de ilícitos es kilométrica, amén de perseguidor y cobarde como pocos; recordemos los chalecos antibalas inservibles, aviones y helicópteros descompuestos, comprados con recursos del erario público en el sexenio del gamberro Vicente Fox. Respecto al famoso Partido Nueva Alianza (Panal), en eso de las picardías no se queda atrás, al ser su dueña la Gordillo , exhibe la putrefacción existente en el ámbito político azteca.
Lo cierto es que el 5 de julio una vez más la democracia fue pisoteada, autoridades de toda jaez actuaron contrario a las expectativas populares, serán serviles a conciliábulos del poder, donde en especial PRI, PAN y PRD se repartieron las mejores tajadas, conformadas primordialmente por un jugoso presupuesto e infinidad de canonjías.
Varias plazas políticas estuvieron en juego el 5 de julio, en particular, diputaciones federales, locales y de autoridades municipales, donde obviamente todos los altos mandos sacaron provecho, empero en buena medida “se liman las uñas” para el 2012, cuando se contenderá por la Presidencia ; aunque desde hoy podemos señalar, para esa época se repetirá lo acaecido en 2006: jaloneos, trapacería y mezquindad.
Si en realidad quisiéramos la democracia para el país, se partiría de un principio elemental, es decir, que ninguna elección tuviera validez si no registrara como mínimo el 70% del voto ciudadano y que obligadamente el candidato vencedor alcanzara el 50% más uno de los sufragios; de esta manera, establecer la segunda vuelta, por medio de la cual el pueblo tuviera opción de decidir entre los dos postulantes de mayor preferencia. Sobra apuntar, los intereses creados y las mafias se oponen a dichos cambios electorales, por ende, en muchos de nuestros comicios sólo participa el 40% del electorado, y en más de una ocasión se considera triunfador a quien tuvo a su favor un raquítico 14% de las boletas; de esta forma ridícula y antidemocrática, de cada 100 personas, 14 son las que nombran al nuevo representante, quien feliz y sin ápice de vergüenza ocupa un puesto público; por supuesto, no contamos a los nefandos plurinominales (diputados de partido), que llegan al cargo sin contar siquiera con el voto de sus familiares.
Un grupo de diversas asociaciones puso algo de calor al despreciado proceso electoral al proponer la anulación del voto; tal vez no resultó mala esta opción; sin embargo, el abstencionismo se encargó de mostrar la repulsa de la sociedad hacia los mentecatos partidos y sus invertebrados candidatos.
En México la democracia es una quimera. Hay un organismo federal y no se diga muchos locales que promueven el voto, los denominados institutos electorales, que francamente sirven para maldita la cosa, ya que están constituidos por auténticos zánganos del sistema, con una burocracia asfixiante y sumamente costosa. También se amoldan a tan sucio panorama los tribunales electorales, donde pululan individuos de consigna, con altísimos salarios, pretendiendo vanagloriarse de lo que menos tienen, algo llamado limpieza.
Somos conscientes, puede haber casos de excepción, evidentemente no todo está perdido, no obstante, son contados los buenos estadistas, ya que en su mayoría se trata de entes desdeñables, indignos de la más ínfima confianza.