domingo, 28 de noviembre de 2010

Realizan programa de reducción del daño con usuarios de drogas inyectables en Sonora

  • PUBLIRREPORTAJE
  • Christian Rea Tizcareño
    Uno de los "Prevenkits" repartidos por PSI a los usuarios de drogas inyectables. Foto: PSI
    México DF, noviembre 19 de 2010. Las prevalencias de VIH y Virus de la Hepatitis C (VHC) en usuarios de drogas inyectables (UDI) recluidos en “algunas” cárceles de la frontera norte de México, han sido de 3 y 80 por ciento respectivamente, según investigaciones del Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/sida (CENSIDA), citó en entrevista Aarón Rojas, coordinador general de Comunicación para el Cambio de Comportamiento (CCC) de la organización civil Population Services International (PSI), que arrancó en julio pasado un proyecto de “reducción del daño” con esta población en las ciudades de Hermosillo y San Luis Río Colorado, Sonora.

    Según el CENSIDA, aunque la trasmisión del VIH ha cesado, el número de casos de UDI con el virus ha aumentado principalmente en la región norte del país, pues mientras en 2001 sólo el 0.1 por ciento de los casos diagnosticados seropositivos correspondía a uso de drogas inyectables, para 2006 la proporción fue de 6 por ciento.

    Con el respaldo de la Secretaría de Salud de Sonora y el financiamiento del CENSIDA, PSI está por concluir en diciembre próximo, el “Programa de reducción del daño relacionado al VIH y VHC”, llevado a cabo cerca de los “picaderos” de UDI, informó.

    PSI estableció “puntos estratégicos de distribución e intercambio de jeringas”, en los cuales, promotores de la salud efectúan brigadas donde difunden información sobre la desinfección segura de los materiales usados durante el consumo de drogas intravenosas, reparten condones, promueven la realización de la prueba de VIH, y canalizan a los servicios de salud a los UDI que necesiten atención médica, explicó.

    Cuatro horas a la semana, los promotores de PSI recolectan las “erres” (jeringas) usadas, las colocan en un contenedor que cumple con las normas sanitarias vigentes, y entregan nuevas al UDI (como “Prevenkits”), expuso.

    Destacó el respaldo que ha tenido PSI por parte del Programa de VIH de Sonora, así como del Centro Ambulatorio de Prevención y Atención en Sida e Infecciones de Transmisión Sexual (Capasits) de Hermosillo, ciudad que según estimaciones de especialistas, concentra 3 por ciento de la población UDI del país.

    De acuerdo con Rojas Cortés, el acoso policíaco, además de ser una de las principales violaciones a los derechos humanos de las y los UDI, impide que los consumidores de drogas acudan a los servicios de salud. Por el sólo hecho de traer jeringas entre sus pertenencias, los usuarios de drogas inyectables son detenidos y privados de su libertad durante 36 horas.

    Hilda Peñaloza Andaluz, coordinadora administrativa del departamento de CCC, dijo que para “romper la barrera de la desconfianza” y hablar el mismo lenguaje de esta población, el trabajo de campo lo realizan promotores “pares”, es decir, UDI capacitados para desempeñar esa tarea.

    Precisó que una de las metas del programa es llevar a cabo mil “contactos” con UDI, cifra que ya fue superada a cerca de tres semanas de concluir el proyecto.

    Durante las brigadas, se llevó a cabo un estudio cuantitativo, en el cual se aplicaron 220 encuestas, con el objetivo de medir la prevalencia de comportamientos de riesgo a la infección del VIH, identificar factores asociados a dichas conductas y explorar dinámicas de inyección de los usuarios.

    Como datos preliminares se tiene que 80.3 por ciento ha usado jeringas usadas al menos una vez en la última semana; el 62.6 por ciento ha compartido equipo de inyección al menos una vez en la última semana; 29.1 por ciento ha usado condón en el último sexo con pareja, y en promedio se inyectan 3.4 veces al día.

    María de Lourdes Angulo Corral, supervisora de CCC, indicó que el contexto de vulnerabilidad de las mujeres UDI lleva a “una gran parte” de ellas a ejercer el trabajo sexual y así mantener su adicción. También “es muy común” que las usuarias de drogas no se perciban en riesgo de adquirir VIH o VHC, pues una de sus expresiones cotidianas es: “no comparto mis jeringas, sólo con mi pareja”.

    De 2007 a la fecha, PSI ha llevado a cabo, con recursos federales, cuatro proyectos dirigidos a UDI del norte de la República. Al respecto, Angulo opinó que “es muy importante mantener estos programas, ya que la población que se capta está creciendo. En cada brigada llegan normalmente entre dos y tres personas nuevas, y tenemos que darle seguimiento a estas personas”.