viernes, 8 de agosto de 2008

CHE GUEVARA Y LA EUROPA ORIENTAL por Manuel E. Yepe‏

La Embajada de la República de Cubay el Movimiento Mexicano deSolidaridad con Cubale invitan a: POR SIEMPRE FIDEL Celebración en el 82 cumpleañosdel Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz Club de PeriodistasFilomeno Mata, Colonia CentroCd de México (Metro Bellas Artes o Allende)Miércoles 13 de agosto de 2008, 7:00 p.m. Programa: Presentación del documental Mi hermano Fidel (1977, 17’), delrealizador cubano Santiago Álvarez.(narra el encuentro de Fidel Castro con el campesino Salustiano Leyva,quien a los once años tuvo un excepcional encuentro con José Martí enla breve visita que éste hiciera a su casa, el día en que el HéroeNacional cubano desembarcara en Playitas de Cajobabo para liberar aCuba del yugo español. Salustiano hace referencia permanentemente a lacontinuidad de Martí en la persona de Fidel, pero por su mala visión,no sabe por quién está siendo entrevistado. Al final de la charlaFidel se da a conocer al centenario anciano.) Presentación del libro Fidel Castro. Antología mínima, editado porOcean Sur (2008), a cargo del antropólogo y analista político mexicanoGilberto López y Rivas.(la voz de uno de los más grandes políticos y oradores de nuestrostiempos, vibra en esta antología de sus discursos más representativosdesde los años cincuenta hasta la actualidad.) Concierto de los trovadores Manuel Argudín (Cuba) y Atenea Ochoa (México) ------------------------------------------------------------------------------------------ CHE GUEVARA Y LA EUROPA ORIENTAL Por Manuel E. Yepe Faltaríamos a la objetividad si no viéramos un vínculo, por muycontradictorio que éste pueda parecer, entre la primavera de Praga,que provocó la ocupación militar soviética de Checoslovaquia en agostode 1968, y las ideas libertarias de que era abanderado el Che. Cualquiera puede adivinar que los pronunciamientos críticos tantasveces expuestos por el Che Guevara acerca de la necesidad de superarla inmovilidad del marxismo-leninismo en la URSS y los demás paísesdel "socialismo real" no eran bien recibidos en esas naciones. Por supuesto que no parece lógico suponer que en los círculosoficiales de la URSS y de los países de Europa del Este se recibierancon agrado las palabras el Che, en ocasión del Segundo SeminarioAfroasiático celebrado en Argelia el 24 de febrero de 1965 sobre eldeber moral que correspondería a los países socialistas de "liquidarsu complicidad tácita con los países explotadores de occidente dejandoa un lado el supuesto principio de los beneficios recíprocos en elcomercio, porque ellos obligan a los países subdesarrollados a vendercon los precios que la ley del valor y las relaciones internacionalesde intercambio desigual imponen a los países atrasados". O que les llamara a asumir la obligación moral de asistir aldesarrollo de los países dependientes cuya lucha por la liberación delcapitalismo "debe costarle a los países socialistas". Sin embargo, confieso que, como yo era ferviente defensor del sistemade financiamiento presupuestario desarrollado por el Che en los marcosde la polémica que entonces se desarrollaba en Cuba, durante los casisiete años que me desempeñé como Embajador en Rumanía entre 1961 y1968, busqué y sostuve un buen número de debates acerca de estas ideaseconómicas con muchos expertos y algunos dirigentes de estos países einvariablemente encontré respeto, cuando no simpatías, hacía estasconcepciones tan iconoclastas en aquel medio. Más allá del hecho de que, a nivel privado, las afirmaciones del Checontra el acatamiento sumiso de políticas impuestas, tanto por elenemigo como por aliados, eran habitualmente atendidas con muchaadmiración, topaba con cierta frecuencia con quienes encontraban, enlas ideas libertarias del Che, fertilizante para sus propias ideas oproyectos discrepantes de la hegemonía soviética. Destaco el caso de Cestmir Cisar, embajador checoslovaco en Bucaresthasta que fue llamado a su país para ocupar el cargo de Ministro deCultura de la "primavera de Praga" en el gobierno encabezado porAlexander Dubcek. Cisar era ferviente amigo de Cuba y admirador delChe desde que había visitado la isla en 1960 en calidad de Ministro deEducación de su país. Recuerdo que George Radulescu, un prestigioso economista rumano quefue Ministro de Comercio y luego vicepremier, al saber de la caída delChe en Bolivia comunicó su interés por viajar a Cuba a dar el pésame ala familia y ratificar su admiración por el Comandante Guevara, cuyopensamiento en materia económica me consta que siempre le interesó yadmiró. Radulescu cumplió poco tiempo después sus deseos al frente deuna delegación comercial, no obstante el hecho de que los nexosdiplomáticos cubano-rumanos pasaban por una difícil etapa. En mi opinión, la idea de que Cuba representaba una alternativa noortodoxa, creativa y original, al burocratizado "socialismo real" dela Unión Soviética y sus vecinos integrantes del Pacto de Varsovia eracompartida por una parte nada despreciable de la intelectualidad y losestudiantes de la propia URSS y los países del campo socialista enEuropa Oriental, al margen de las diferencias en cuanto a métodos ytácticas de lucha determinadas por realidades y circunstancias biendiferentes así como por la influencia de la disciplina partidista. En la URSS y otros países socialistas de Europa, conocí muchosseguidores del Che para quienes él encarnaba anhelos esenciales acercade la necesidad de superar el estancamiento de la ideasrevolucionarias en sus naciones, algo que por evidentes razones deseguridad nacional, no podía entonces ser expresado con la mismaclaridad y amplitud por Fidel Castro, dadas sus responsabilidadesoficiales como Jefe del Estado cubano. En mi criterio, no obstante la involución de las ideas políticas queinevitablemente ha debido acompañar, por algún tiempo, el regreso alcapitalismo en esos países, el prestigio del Che en los países deEuropa oriental estará presente en el futuro político de esasnaciones, que conocieron un experimento socialista que fracasó, peroeso no significa que por ello hayan muerto sus esperanzas de vivir ensociedades más justas y solidarias. Manuel E. Yepe Menéndez es periodista, secretario del MovimientoCubano por la Paz y se desempeña como Profesoradjunto en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales de La Habana