domingo, 4 de julio de 2010

Asesinatos políticos: la descomposición del poder

Asesinatos políticos: la descomposición del poder

El 23 de marzo de 1994 la vida de dos hombres se cruzó en Lomas Taurinas, un barrio de migrantes fundado por simpatizantes del PRI.

  • 2010-07-04 | Milenio semanal
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El ex presidente Carlos Salinas de Gortari enfrentó dos asesinatos políticos al final de su sexenio.
El ex presidente Carlos Salinas de Gortari enfrentó dos asesinatos políticos al final de su sexenio. Foto: Pedro Valtierra/ Cuartoscuro

Un cardenal asesinado. Mayo 24 de 1993. El cardenal Juan José Posadas Ocampo y su chofer yacen sin vida en el estacionamiento del aeropuerto de Guadalajara luego de un intenso tiroteo en el que mueren otras cinco personas, incluidos dos posibles sicarios y guardaespaldas de El Chapo Guzmán, quienes pudieron perpetrar el crimen.

El cuerpo del cardenal Posadas presentaba 14 impactos de bala y el de su chofer 10. El médico forense encargado del caso, Mario Rivas, afirmó que los disparos fueron directísimos, con Cuernos de chivo y fusiles R-15.

La explicación oficial fue confusión de identidades, pero vale preguntar aún hoy, ¿cuál pudo ser el móvil de ese crimen? ¿Los nexos del cardenal Posadas con los más encumbrados políticos de aquel sexenio, empezando con el entonces presidente Carlos Salinas? ¿O pudo ser éste el primero de una serie de atentados organizados para desestabilizar al sistema político mexicano en 1994? ¿Tenía en su poder el cardenal Posadas información privilegiada sobre el narcotráfico?

EL ASESINO SOLITARIO Y SU VÍCTIMA

El 23 de marzo de 1994 la vida de dos hombres se cruzó en Lomas Taurinas, un barrio de migrantes fundado por simpatizantes del PRI. Luis Donaldo Colosio era el candidato a la presidencia del entonces partido hegemónico y Mario Aburto, quien aceptó haber disparado en su contra, el asesino solitario según la versión oficial.

Un crimen político, un atentado contra quien sería su sucesor, cerraba de manera violenta la gestión presidencial de Carlos Salinas de Gortari. La investigación en torno al caso Colosio constó de más de 60 tomos compuestos por unas 20 mil fojas. Un mundo de información recabada por los equipos de tres encargados de la subprocuraduría especial para el caso. Las primeras investigaciones fueron realizadas durante la gestión de Diego Valadés como procurador de justicia. Se recabo información con premura, con errores tan graves como el no preservar adecuadamente el lugar de los hechos y la pérdida de objetos; por ejemplo un cheque encontrado en poder de Mario Aburto, una prueba que, como muchas otras, no consta en actas.

Miguel Montes fue el primer subprocurador para el caso Colosio. Partió de la hipótesis de la acción concertada para luego pasar a la tesis del asesino solitario. Olga Islas amplió las líneas de investigación y Pablo Chapa Bezanilla fracasó en su intento por demostrar que Othón Cortés, hombre de confianza del PRI bajacaliforniano, había disparado también en contra de Luis Donaldo Colosio; luego otro subrpocurador, Luis Raúl González, empleó todos los recursos posibles para demostrar que Mario Aburto había sido el autor de los dos disparos en contra de Luis Donaldo Colosio.

Pero, de nuevo, ¿cuál pudo ser el móvil del homicidio de Luis Donaldo Colosio? ¿Una demostración de fuerza del narcotráfico, un crimen perpetrado desde las alturas del poder, uno más de los actos de desestabilización sufridos al final de la gestión presidencial de Carlos Salinas de Gortari en 1994?

RUIZ MASSIEU: CRIMEN SIN RESOLVER

En los hechos no hay presuntos responsables ni autores intelectuales del asesinato de José Francisco Ruiz Massieu, por entonces secretario general del PRI, ocurrido el 28 de septiembre de 1994. Luego de ser acusado del crimen, Raúl Salinas de Gortari logró su libertad bajo amparo el cuatro de junio del 2005, tras diez años de prisión, y Manuel Muñoz Rocha quien, de acuerdo a la versión oficial, instrumentó el crimen, resultó ya exonerado al haber prescrito el delito.

¿Quienes se vieron beneficiados por las muertes de Luis Donaldo Colosio y José Francisco Ruiz Massieu? ¿Cuál fue el móvil de estos crímenes? La intriga política que culminó con la muerte del político guerrerense, de acuerdo a la Procuraduría General de la República (PGR), fue resultado de un complot. Con asombrosa eficacia, sobre todo tratándose de un crimen de tal magnitud política, tres semanas después de iniciada la averiguación previa, habían sido detenidas 14 personas involucradas en el homicidio.

De acuerdo a los testimonios recabados, Daniel Aguilar Treviño era el último eslabón de la cadena. El hombre que jaló el gatillo respondió a los intereses de quienes, de acuerdo a lo declarado por las autoridades, se oponían a los cambios que Ruiz Massieu amenazaba con realizar en el PRI: a Manuel Muñoz Rocha le pediría Raúl Salinas de Gortari encargarse del crimen. El diputado se lo asigna a Fernando Rodríguez, su subalterno, quien se lo pide a su hermano, quien compra el arma homicida, una subamateralladora que se atora luego de disparar un fatal tiro por lo que el homicida es detenido sin oponer resistencia.

Mario Ruiz Massieu, subprocurador encargado de la investigación del caso, hizo celebre aquella frase de “los demonios andan sueltos”. Después vendría la anécdota de La Paca, la calavera de la finca El Encanto, la bella amante y los verdaderos delirios de Pablo Chapa Bezanilla… una historia de novela negra a la mexicana, con todos los ingredientes de la descomposición del poder. Y, de nuevo, se antoja preguntar, ¿cuál fue el móvil del crimen de priista Francisco Ruiz Massieu? ¿Quién fue el autor intelectual del homicidio? ¿Qué relación tuvo este asesinato con la muerte de Luis Donaldo Colosio? Más allá de Daniel Aguilar Treviño, asesino a sueldo, los demás sentenciados por este crimen ¿son inocentes o culpables? ¿Dónde está Manuel Muñoz Rocha?