domingo, 4 de julio de 2010

Y el ganador de estas elecciones es... Twitter

Tal vez más tarde este domingo, con seguridad mañana temprano, sabremos todos los nombres de los candidatos que resulten vencedores en las elecciones de hoy 4 de julio en Veracruz, Oaxaca, Puebla, Sinaloa, Tlaxcala, Chihuahua... Gabino Cué, Rafael Moreno Valle, Eviel Pérez, Dante Delgado, Javier Duarte, Miguel Ángel Yunes... Ellos, es decir, los que obtengan más votos, gobernarán en sus estados. Algunos lo harán mal, otros por desgracia lo harán peor. Nuestra experiencia de mexicanos apaleados por tantas malas administraciones lo que nos dice es que, destino nacional, ninguno será lo que se dice un excelente gobernante. Porque en México ninguno antes lo ha sido, en ninguna parte, a ningún nivel.


Pero lo relevante del actual proceso electoral no es lo anterior, que siempre se ha presentado, sino la gran actividad política que se ha visto en Twitter durante todo el día. Noticias buenas y malas, opiniones fuertes y timoratas, datos duros y meras especulaciones, encuestas reales e inventadas, todo ha sido comentado en Twitter por los ciudadanos. Y hasta, por ahí, sin que se voltee mucho a verlos, los propios políticos han opinado en mi red social preferida.


La estrella de estas elecciones ha sido Twitter. Bien por Twitter. Bien por esta y por todas las otras redes sociales existentes y las que vendrán en el futuro. Hemos visto que la gente ha informado a la gente. Sin necesidad de que hayan intervenido los intermediarios de siempre. Televisa no nos ha informado nada nuevo ni Radio Fórmula ni TV Azteca ni Imagen ni Milenio TV. Algo, sí, nos han dicho los diarios tradicionales de toda la vida: Reforma, El Universal, Milenio, Excélsior. Pero la verdadera información la ha generado y procesado la gente que la ha hecho correr en Twitter, la red social que ha sido tomada como la fuente de la que abrevan los sitios de internet alternativos, como este SDPNoticias.com, que se han visto mucho más interesantes que los otros.


Gracias, Twitter, por haber roto el monopolio de la opinión y la información. Esto sí nos acerca a la verdadera democracia.