domingo, 1 de diciembre de 2013

Ninguna fuerza es mayor que la de los jóvenes, del 68 y de hoy: Poniatowska

Ninguna fuerza es mayor que la de los jóvenes, del 68 y de hoy: Poniatowska
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Carlos Payán, Elena Poniatowska, Salvador Martínez della Rocca y José Narro, en la presentacion del libroOtras voces y otros ecos del 68, durante la Feria Internacional del Libro de GuadalajaraFoto Carlos Cisneros
Ericka Montaño Garfias
Enviada
Periódico La Jornada
Domingo 1º de diciembre de 2013, p. 13
Guadalajara, Jal., 30 de noviembre.
La memoria es el punto de partida del libro Otras voces y otros ecos del 68, 45 años después, que fue presentado este sábado en un salón donde las sillas y el suelo fueron insuficientes para las decenas de personas que asistieron a escuchar a Carlos Payán, director fundador de La Jornada; el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, José Narro Robles, y la escritora Elena Poniatowska.
Al final participó Salvador Martínez della Rocca, quien fue el compilador del volumen que coeditan la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, el Gobierno de la Ciudad de México y el Fondo de Cultura Económica, y que el ex dirigente estudiantil dedicó a Raúl Álvarez Garín, tanto en el impreso como durante la presentación realizada en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Este libro trata sobre la memoria, sobre lo memorable, sobre lo que no debe olvidarse, porque lo sucedido entonces, en la segunda mitad del siglo pasado, debe persistir no sólo entre nosotros, los que de una u otra manera fuimos testigos o actores del acontecer durante el movimiento estudiantil de 1968, sino que también debe servir como enseñanza para las nuevas generaciones, dijo Carlos Payán, autor del prefacio.
Fueron los jóvenes que participaron en el movimiento quienes lograron que la situación del país comenzara a cambiar.Sus efectos han perdurado y se puede decir que es un movimiento fundacional. Sobre el 68 se ha escrito mucho, no ha sido suficiente, cada nuevo testimonio aporta nuevos datos, y eso es lo que hace este libro en los 18 ensayos que lo conforman, añadió.
Contó, por primera vez, una anécdota del 68: una reunión con Rodolfo Echeverría, hermano del entonces secretario de Gobernación Luis Echeverría, quien convocó a los amigos de su hijo Manuel, entre ellos Carlos Payán, para sondearlos acerca de lo que estaba pasando.
A las preguntas de quiénes eran los provocadores, si eran los comunistas o los trotskistas, le dije que el primero era el presidente de la República. Al escuchar esa respuesta, “el hombre estaba muy molesto conmigo, pero al final me dijo: ‘me parece que usted tiene razón’, y se fue”.
Narro Robles habló entonces de cómo está conformado el libro. Muchas cosas han cambiado desde 1968, pero muchas siguen prácticamente igual: la desigualdad y la pobreza, en un país lleno de contrastes a pesar de este desarrollo, de este progreso que puede medirse con otros indicadores, pero no se pueden cerrar los ojos, y haríamos muy mal si no reconocemos que se han agudizado.
Las lecciones del 68 siguen siendo válidas: la lección de dignidad, la congruencia y el amor a México, finalizó el rector.
Fue Elena Poniatowska quien habló de las mujeres que participaron en el movimiento, ya que –como destacó Narro– sólo dos escriben en Otras voces y otros ecos del 68. Recordó a Roberta Avendaño, Ignacia Rodríguez, Adelita Castillejos, Margarita Isabel, Alcira Soust y Elsa Ramírez, entre otras.
Las primeras defensoras de los derechos humanos son las mujeres, son también las que protegen a las futuras generaciones y las que ahora le dicen no a la reforma energética, destacó la autora de La noche de Tlatelolco. Los jóvenes de entonces y los que vienen detrás, de las universidades y de los colegios de Ciencias y Humanidades, del movimiento #YoSoy132 y los de lasprepas, demuestran que no hay en México ninguna fuerza mayor que la suya.
Habla Martínez della Rocca, y mientras lo hace, una mujer entre el público grita en favor de la democracia y de quienes fueron detenidos el primero de diciembre pasado. Calmados los ánimos, se justifica la ausencia de textos de más mujeres: las invité pero todas estaban ocupadas.
Recordó que en 1968 la lucha era por la libertad en todos los sentidos, y aunque algunas cosas han cambiado,tenemos que seguir luchando